Friday, August 16, 2024

El Universo, Sistema Solar, La Tierra

 El Universo, Sistema Solar, La Tierra 

El Universo, Sistema Solar, La Tierra 

La Tierra en el universo

La Tierra es el tercer planeta del sistema planetario conocido como sistema solar. Este sistema forma parte de la galaxia llamada Vía Láctea. La Tierra tiene forma de esfera algo achatada por los polos. Nuestro planeta gira sobre sí mismo, lo que llamamos movimiento de rotación. Tarda 24 horas en dar un giro completo dando lugar al día y la noche. También gira alrededor del Sol, lo que llamamos movimiento de traslación. Tarda un año aproximadamente (365 días y 6 horas) en dar la vuelta completa. Este movimiento da lugar a las estaciones.

El espacio de la tierra que ocupamos los seres vivos se llama biosfera. Universo. Conjunto de cuerpos celestes y materia que nos rodea en el espacio. La ciencia que lo estudia se llama astronomía. No hay que confundirlo con la astrología, la pseudociencia que estudia la influencia de los astros en la vida y las acciones humanas. Año luz. Unidad que usamos para medir las distancias en el universo. Equivale a 9,5 billones de km. que es la distancia que recorre la luz (a 300.000 km/s) en un año. Galaxia. Agrupación de estrellas, planetas y astros que giran en torno a un punto central y que tienen distintas formas: espiral, elíptica, irregular, etc. Nuestra galaxia se llama Vía Láctea. 

Sistema planetario. Conjunto de cuerpos celestes que giran en torno a una o varias estrellas. Nosotros estamos en el Sistema Solar. Estrella. Cuerpo celeste que brilla con luz propia por combustión interna, como el Sol. Lanzan energía al espacio en forma de luz y calor. Los planetas giran a su alrededor.

Planeta. Cuerpo celeste sin luz propia que gira alrededor de una estrella y en el que se refleja su luz.  Nuestro Sistema Solar está compuesto por los siguientes planetas (de mayor a menor proximidad al sol): Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno.  Biosfera. El espacio de la tierra que ocupamos los seres vivos. Órbita. Trayectoria que recorren los astros cuando giran alrededor de otro astro. La de los planetas tiene forma elíptica. 

Satélite. Astro que gira alrededor de un planeta. Por ejemplo la tierra tiene uno llamado Luna. En 1969 la nave espacial de la misión Apolo XI alunizó y Neil Armstrong fue el primer hombre que pisó la luna.  Cometa. Astro de pequeño tamaño que gira alrededor de una estrella con órbitas diversas. Cuando pasa cerca de una estrella parte de su material se desprende formando la cola.  El más famoso es el cometa Halley. Asteroide. Cuerpo rocoso de pequeño tamaño que gira alrededor del sol. Hay un cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter. Eclipse. Ocultación total o parcial de un astro al pasar otro delante. 

Movimiento de traslación. Aquel que realiza la Tierra alrededor del sol siguiendo una órbita elíptica. Tarda 365 días (un año) que se dividen en cuatro períodos o estaciones, en cada uno de ellos los rayos del sol llegan de modo distinto a cada hemisferio. Los días que separan cada estación se llaman solsticios. Movimiento de rotación. Aquel que realiza la Tierra sobre sí misma. Tarda 24 horas y da lugar a al día y a la noche y a las diferencias horarias. 

Eje terrestre. Línea imaginaria en torno a la cual gira la tierra. Se encuentra inclinado respecto al plano de su órbita. La inclinación del eje terrestre unida al movimiento de traslación da lugar a la existencia de equinoccios y solsticios.  Equinoccios.  Dos días del año (21 marzo y 23 de septiembre) en los que los rayos llegan perpendicularmente al ecuador y el día y la noche duran lo mismoSolsticios. Dos días del año (21 junio y 22 de diciembre) en los que los rayos llegan perpendicularmente a los trópicos y se da la mayor diferencia de duración entre el día y la noche.

El Sistema Solar

El Universo conocido contiene unos 100.000 millones de galaxias. En una de ellas se encuentra el sistema solar a quien da nombre una de sus estrellas, el Sol. La fuerza gravitatoria hace que se muevan en su órbita nueve planetas, los cuales se distinguen entre interiores y exteriores. Entre los primeros se encuentra la Tierra, el único planeta que conocemos en el que se ha desarrollado vida. La existencia de una atmósfera en unas condiciones determinadas y la abundancia de agua líquida son básicas para que esto sea posible. También es importante analizar los movimientos de rotación y traslación, ya que podremos comprender mejor la sucesión de los días y de las noches, así como el paso de las estaciones. Por último, comprobaremos el papel que desempeña la Luna, el satélite de la Tierra.

El Universo

El Universo es un volumen de espacio inimaginable y está integrado por todas las galaxias que existen. Los estudios científicos sólo tienen constancia de un Universo visible, aunque podrían existir otros universos que no vemos o bien que el nuestro se extendiera sin límites.

Los astrónomos no siempre han coincidido sobre el origen del Universo. Las teorías más conocidas a lo largo de la historia han sido. Teoría del estado estacionario. El Universo está en continua creación. Cuando las estrellas y las galaxias mueren, son reemplazadas por otras que surgen de la nada. Esta teoría está absolutamente descartada.

Teoría del Big Bang. El Universo empezó tras una enorme explosión hace 17.000 millones de años. La materia y la energía estaban comprimidas en una masa gigantesca, conocida como "huevo cósmico". Esta masa explotó y de sus trozos se crearon las galaxias.

Teoría del universo cíclico u oscilante. A una fase de expansión le sigue otra fase de concentración. Cada 100.000 millones de años, las galaxias se unen, se colapsan y provocan una gran explosión. El sistema solar. Nuestro sistema solar está formado por 71 astros: el Sol, nueve planetas que giran a su alrededor y 61 satélites. Uno de estos astros es la Tierra, nuestra casa. Todos los planetas, además de girar en torno al Sol, giran también sobre sí mismos. Estos movimientos varían mucho en cada planeta porque sus órbitas (el camino que sigue el astro en su recorrido alrededor del Sol) son diferentes en tamaño. El tipo de órbita también es diferente en cada planeta: alargadas, redondas o inclinada.

Aunque el volumen del sistema solar parece completamente vacío, en todo ese espacio se encuentra el medio interplanetario. Éste incluye varias formas de energía y se compone de, al menos, dos materiales: el polvo interplanetario y el gas interplanetario. El polvo interplanetario está formado por unas partículas microscópicas sólidas. Por su parte, el gas interplanetario es un flujo tenue de gas y partículas cargadas que fluyen desde el Sol y que reciben el nombre de viento solar.

Los Planetas

Los planetas son cuerpos celestes, opacos, que sólo brillan por la luz reflejada por el Sol, alrededor del cual describen su órbita con un movimiento propio y periódico. Nuestro sistema solar está integrado por nueve planetas, aunque en 1972 se facilitaron datos sobre la existencia de un décimo, pero no ha llegado a confirmarse. Los planetas se dividen en interiores y exteriores. Tienen nombres de dioses griegos y son los siguientes.

Mercurio. Tarda el mismo tiempo en dar una vuelta alrededor del Sol que en hacerlo sobre sí mismo. Un día y un año son iguales. Su órbita elíptica hace que esté en un punto hasta 70 millones de km de distancia del Sol, mientras que en otro momento puede alcanzar solo 47 millones de km de distancia. Con una temperatura que oscila entre los 427ºC y los -137ºC, Mercurio es el planeta que tiene la mayor amplitud térmica (variación de temperatura) del sistema solar, unos 600ºC.

Esto se debe a que no hay atmósfera en el planeta, solo una capa de helio que, se cree, proviene del propio sol, o de la desintegración radiactiva de los elementos que componen sus rocas, todavía no hay consenso. Estos hechos permiten que toda la radiación solar llegue al planeta en la cara que mira hacia el sol, elevando su temperatura hasta unos 427ºC, pero que puede llegar a más de 430ºC y, al mismo tiempo, que toda la radiación del lado opuesto, es decir, el lado oscuro, se escape, provocando que la temperatura baje bruscamente.

Debido a la influencia del sol, el día en Mercurio es bastante largo, correspondiendo a 176 días terrestres, y se retrasa cada período de millones de años (109). Al mismo tiempo, los años en Mercurio son cortos (la mitad de la duración de los días) porque gira muy rápido alrededor del Sol a unos 50 km por segundo.

Venus. Es el cuerpo más brillante del firmamento. Está rodeado por nubes ácidas y una atmósfera de anhídrido carbónico. Venus es el segundo planeta del sistema solar y el que tiene un tamaño más similar a la Tierra. Es por eso que se le llama el planeta hermano de la Tierra.

Aunque Mercurio está más cerca del Sol, Venus es mucho más caliente (alcanzando más de 464ºC) debido a la alta presión provocada por su atmósfera. La densidad de la atmósfera de Venus hace que la presión del aire allí sea 90 veces mayor que la de la Tierra. Es como si estuvieras buceando a 920 m bajo el nivel del mar.

La atmósfera de Venus está compuesta básicamente de dióxido de carbono y nitrógeno, y es bastante espesa, lo que dificulta la observación de su superficie. Para ello, se utilizan radares que emiten pulsos capaces de reflejarse en la superficie del planeta a devolver, permitiendo así el cálculo que nos permita descubrir su relieve.

Su temperatura es bastante alta debido al efecto invernadero, provocado por la acumulación de dióxido de carbono en su atmósfera que actúa como barrera a los rayos solares que entran y no pueden escapar, siendo absorbidos por la capa de dióxido de carbono.

Conocida como la "Estrella de la Mañana", porque todavía era visible en las primeras horas del día, en la mitología Venus estaba asociada con la diosa del amor para los romanos. Sin embargo, las características inhóspitas de su superficie denotan la dirección opuesta. Ráfagas de viento muy fuertes atravesaron todo el planeta.

Un día en Venus dura 243 días terrestres, pero su año dura 225 días terrestres. Es decir, ¡los días en Venus son más largos que los años! Además, la rotación de Venus se produce en la dirección opuesta a la Tierra, de oeste a este.

La Tierra. El único planeta del sistema solar que reúne las condiciones necesarias para que haya vida animal y vegetal. La Tierra es el tercer planeta más interno del sistema solar, situado después de Mercurio y Venus.

La Tierra es más pequeña y tiene menos masa que Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno. A pesar de ser el quinto planeta en cuanto a tamaño y masa, es el planeta más denso. Su densidad media es de 5515 kg/m³, ligeramente superior a la de Mercurio que es de 5427 kg/m³.

Una de las particularidades de la Tierra es que su eje de rotación tiene una inclinación de 23.5 grados. Esto hace que dependiendo de la época del año los rayos del Sol lleguen con orientaciones distintas en los dos hemisferios. Esto da lugar a las estaciones del año, un fenómeno que también ocurre en Marte pero no en Venus o Mercurio, que giran sobre su eje sin prácticamente inclinación.

El campo magnético terrestre y el viento solar. El viento solar es un flujo de partículas atómicas emitidas por el Sol que viajan a gran velocidad a través del sistema solar. Estas partículas se caracterizan por tener una gran cantidad de energía. Si llegaran a impactar contra la superficie terrestre, los niveles de radiación en la Tierra serían tan elevados que harían difícil la supervivencia de cualquier tipo de vida presente.

Gracias al campo magnético terrestre estas partículas son desviadas de su trayectoria y prácticamente no llegan a la superficie terrestre. Así, la presencia de un campo magnético ha sido un factor muy importante para la aparición de la vida en la Tierra.

Marte. Su color rojo se debe a los minerales de óxido de hierro que hay en la superficie. Marte es el cuarto planeta más cercano al Sol, situado justo después de la Tierra. Es el último de los cuatro planetas interiores del sistema solar, conocidos también como planetas terrestres o rocosos.

Marte es el segundo planeta más pequeño del sistema solar, solo Mercurio es más pequeño. Su radio es igual a 3390 km, bastante menos que los 6371 km de la Tierra. Las pequeñas dimensiones de Marte hacen que su masa sea solo igual al 10% de la masa de la Tierra. Aún así, la gravedad en Marte es igual al 37% de la gravedad que tenemos en la Tierra. Marte es conocido popularmente como el planeta rojo debido a su color. Este color es consecuencia de la oxidación de los minerales en su superficie, ricos en hierro.

El planeta Marte recibe su nombre del dios de la guerra de la mitología romana, probablemente debido a su color rojo que recuerda la sangre. Anteriormente los griegos ya habían bautizado este planeta con el nombre de su dios de la guerra, llamado Ares. Los romanos simplemente mantuvieron la tradición cambiando el nombre.

Aunque en muchos aspectos Marte es un planeta muy distinto a la Tierra, los dos planetas también tienen similitudes importantes. Por ejemplo, los días tienen prácticamente la misma duración. Marte tarda poco más de 24 horas en dar una vuelta sobre sí mismo.

Júpiter. Es el más grande del sistema solar. Un día en él dura sólo 10 horas. A su alrededor giran 16 satélites. Júpiter es el quinto planeta más cercano del sistema solar y el primero de los planetas gaseosos. Está formado mayoritariamente por gases, por este motivo, es conocido como un gigante gaseoso, igual que Saturno, Urano y Neptuno.

Júpiter es uno de los cinco planetas que pueden verse a simple vista desde la Tierra. A pesar de estar a una distancia que alcanza los 600 millones de km de la Tierra, Júpiter es uno de los objetos más brillantes del cielo nocturno, por detrás de Venus y la Luna. Las noches en las que Venus no es visible, Júpiter se convierte en el planeta más brillante del firmamento.

Debido a su brillo, Júpiter ya era conocido por las civilizaciones antiguas. Su nombre actual proviene del dios principal de la mitología romana. Antes, los griegos habían asociado este planeta con el dios Zeus. Júpiter es el planeta más grande del sistema solar. Con un radio medio de prácticamente 70000 km, el volumen de Júpiter ocupa el mismo espacio que 1321 veces el planeta Tierra. 

Sin embargo, al ser un gigante gaseoso su densidad es mucho más baja que la Tierra. Esto hace que su masa total sea solo 318 veces la masa de la Tierra. Aún así, la masa de Júpiter es más del doble que la masa total del resto de planetas del sistema solar.

Una característica importante de Júpiter es que tiene el día más corto del sistema solar: solo tarda 9 horas y 55 minutos en dar una vuelta sobre sí mismo. Esta rápida velocidad de rotación, junto con su naturaleza gaseosa, hacen que Júpiter tenga una forma ligeramente achatada. Por el mismo motivo, Júpiter no gira con la misma velocidad en todos sus puntos. Por ejemplo, el ecuador puede llegar a girar 5 veces más rápido que las zonas cerca de los polos.

Su eje de rotación tiene una inclinación de tan solo 3 grados. Esto hace que la luz solar llegue siempre con la misma dirección y, por lo tanto, que no existan estaciones en Júpiter. Las únicas variaciones en la intensidad de la luz solar se deben a la órbita ligeramente elíptica de Júpiter, que hace que su distancia al Sol varíe a medida que el planeta orbita a su alrededor.

Júpiter se formó a partir de gran parte de la masa que quedó en el espacio después de la formación del Sol. Por este motivo, los elementos mayoritarios en su atmósfera son hidrógeno y helio, los dos elementos principales que forman el Sol. La diferencia clave entre el Sol y Júpiter es que el Sol tuvo la masa suficiente para iniciar las reacciones que lo convirtieron en estrella. Júpiter no pudo reunir una cantidad de masa suficiente para iniciar una ignición. Si hubiera sido unas 80 veces más másico, habría podido convertirse en una estrella y el sistema solar tendría un aspecto totalmente distinto.

Saturno. Los anillos que lo rodean son rocas que giran en torno a él. Atrae a 18 satélites. Saturno es el sexto planeta del sistema solar y está situado entre Júpiter y Urano. Saturno es uno de los cuatro planetas exteriores del sistema solar, conocidos como gigantes gaseosos debido a su composición.

Situado inmediatamente después de Júpiter, Saturno sigue una órbita prácticamente el doble de grande. Esto hace que la mayor parte del tiempo haya más distancia entre Saturno y Júpiter que entre Júpiter y la Tierra.

Saturno es el último planeta que puede ser visto fácilmente a simple vista. Durante gran parte de la historia, Saturno fue considerado el último planeta del sistema solar. Esto cambió en 1781 cuando William Herschel anunció el descubrimiento de Urano, que solo en condiciones especiales puede llegar a ser visto sin la ayuda de un telescopio.

Saturno es el segundo planeta más grande después de Júpiter y es conocido por su sistema de anillos. Dado que puede ser visto a simple vista, Saturno es un planeta conocido desde la antigüedad. La civilización babilónica fue probablemente la primera en observar y documentar su movimiento. Su nombre actual proviene de los romanos, que bautizaron este planeta con el nombre del dios de la agricultura en su mitología.

Saturno y Júpiter son dos planetas con características muy similares. Los dos están formados principalmente por hidrógeno y helio, que son también los componentes principales del Sol. Por este motivo, Saturno y Júpiter son dos de los gigantes gaseosos del sistema solar.

Al igual que Júpiter, Saturno no tiene una superficie sólida donde eventualmente se pudiera llegar a aterrizar. Su atmósfera se vuelve más densa a más profundidad hasta llegar un punto en la que es completamente líquida, sin una frontera clara entre la fase líquida y la fase gaseosa.

Otra característica que comparte con Júpiter es su rápida velocidad de rotación. Saturno da una vuelta sobre sí mismo en tan solo 10 horas y 34 minutos. Esta rápida velocidad de rotación y su naturaleza gaseosa hacen que Saturno tenga una forma achatada. Concretamente el radio diámetro entre sus polos es un 10% menor que el diámetro en el ecuador. Esto lo convierte en el planeta más achatado del sistema solar.

Saturno es también el planeta menos denso del sistema solar. Su densidad media es de solo 687 kg/m³, es decir, es incluso menos denso que el agua. A pesar de tener una estructura interna similar a Júpiter, Saturno tiene un campo magnético mucho más débil. De hecho, el campo magnético de Saturno es incluso un poco más débil que el de la Tierra.

Urano. Su eje de rotación es casi paralelo a su órbita. No se conoció su existencia hasta 1781. Urano es el séptimo planeta del sistema solar y está situado entre Saturno y Júpiter. Uno de los hechos más importantes de Urano es que fue descubierto en la edad moderna y, por lo tanto, no era un planeta conocido por las civilizaciones antiguas. Sin embargo, es posible llegar a verlo a simple vista, aunque solo si las condiciones meteorológicas son extremadamente buenas y si se conoce el punto exacto donde mirar.

Esto hizo que el planeta no fuera descubierto hasta 1781. De hecho cuando el astrónomo William Herschel lo observó por primera vez a través de su telescopio pensó que se trataba de un cometa. Fue solo después de seguir su movimiento durante unos meses cuando llegó a la conclusión de que en realidad se trataba de un planeta. No fue hasta dos años más tarde cuando se aceptó definitivamente que Urano era un planeta del sistema solar.

El descubrimiento de Urano fue un hecho histórico de gran importancia porque hasta aquel momento todos los planetas, desde Mercurio hasta Saturno, ya eran conocidos desde la antigüedad. El descubrimiento de Urano hizo que automáticamente el sistema solar pasara a ser el doble de grande, dado que la órbita de Urano es el doble de grande que la órbita de Saturno.

Urano pertenece al grupo de planetas exteriores del sistema solar, formado por cuatro gigantes gaseosos: Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno. El radio medio del planeta Urano es de 25363 kilómetros, cuatro veces más que la Tierra. Su masa total, en cambio, es  casi 15 veces superior a la de la Tierra. característica importante de Urano es su baja densidad, solo superior a la de Saturno, cosa que lo convierte en el segundo planeta menos denso del sistema solar. Esto hace que aunque sea un planeta ligeramente más grande que Neptuno, tiene también menos masa.

El hecho más curioso sobre Urano es que su eje de rotación está totalmente inclinado respecto al Sol. Concretamente, su eje de rotación tiene una inclinación de prácticamente 98 grados. Este es un hecho único entre los planetas del sistema solar y hace que durante la mitad de su órbita el polo norte de Urano esté prácticamente apuntado al Sol. Durante la otra mitad, es el hemisferio sur el que queda orientado en la cara iluminada por el Sol. Existen distintas teorías sobre el origen de esta inclinación, una de las más aceptadas dice que es el resultado de un impacto con otro cuerpo de grandes dimensiones.

Además, debido a las dimensiones de su órbita, Urano tarda 84 años en dar una vuelta entera alrededor del Sol. Este hecho combinado con la inclinación de su eje de rotación hace que el hemisferio norte esté en la cara iluminada durante 42 dos años y permanezca en la oscuridad los otros 42. El mismo fenómeno ocurre en el hemisferio sur. Otra característica relacionada con su eje de rotación, y que comparte únicamente con Venus, es que Urano gira sobre su eje en el mismo sentido que las agujas del reloj.

Urano tarda solo 17 horas y 14 minutos en dar una vuelta sobre sí mismo. Esta rápida velocidad hace que sobre todo la materia en su ecuador gire a gran velocidad. Teniendo en cuenta su naturaleza gaseosa, este fenómeno hace que Urano tenga una forma ligeramente achatada. Este mismo fenómeno puede observarse también en los otros planetas gaseosos.

Neptuno. Fue descubierto en 1846 por medio de cálculos matemáticos que determinaron su ubicación. Neptuno es el último planeta del sistema solar, situado a una distancia del Sol 30 veces superior a la de la Tierra. Esta gran distancia hace que, a pesar de su tamaño, Neptuno no pueda ser visto a simple vista desde la Tierra. Esto explica que este planeta no fuera conocido por las civilizaciones antiguas. Su descubrimiento fue una consecuencia del descubrimiento de Urano.

Cuando los científicos descubrieron el planeta Urano, observaron que su órbita seguía un movimiento impredecible. Esto les permitió deducir que debía haber un cuerpo de grandes dimensiones, situado relativamente cerca de Urano, que afectaba su órbita debido a la gravedad. A partir de las desviaciones en la órbita de Urano pudieron deducir la posición de un octavo planeta. Cuando miraron con el telescopio en el punto calculado encontraron efectivamente al planeta Neptuno.

El planeta Neptuno recibe su nombre del dios de las aguas y los mares de la mitología romana, en relación a su color azul. Inicialmente el planeta se conoció como Le Verrier, el nombre de su descubridor, pero finalmente el nombre Neptuno ganó más aceptación ya que seguía la tradición de nombrar los planetas como dioses de la mitología romana.

Debido a las grandes dimensiones de su órbita, Neptuno tarda casi 165 años en dar una vuelta completa alrededor del Sol. Esto hizo que fuera en 2011 cuando Neptuno terminó su primera órbita desde su descubrimiento en 1846. Neptuno es el más pequeño de los cuatro gigantes gaseosos del sistema solar (Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno). Sin embargo, su alta densidad hace que la gravedad en su superficie sea de las más altas del sistema solar, solo superada por la gravedad en Júpiter.

Neptuno, con un diámetro medio de 49528 kilómetros, es ligeramente más pequeño que Urano, que tiene un diámetro de 51118 kilómetros. Los dos planetas se consideran gigantes helados debido a su composición, que incluye principalmente hielo de distintas sustancias. 

Aunque también se conocen como gigantes gaseosos, la denominación de gigante helado se aplica para diferenciarlos de los dos gigantes gaseosos principales del sistema solar (Júpiter y Saturno). Mientras que Júpiter y Saturno están formados por prácticamente un 90% de hidrógeno y helio, Urano y Neptuno tienen estas sustancias en solo un 20%. Esta diferencia importante justifica la distinción entre gigantes gaseosos y gigantes helados.

Al igual que el resto de gigantes gaseosos, Neptuno gira muy rápido sobre su propio eje, completando una vuelta entera en 16 horas. Debido a la naturaleza gaseosa de sus capas más exteriores, Neptuno no tiene la misma velocidad de rotación a distintas latitudes. De hecho, sus zonas ecuatoriales puedes tardar hasta 18 horas en dar una vuelta entera.

Además, su eje de rotación está ligeramente inclinado como en el caso de la Tierra. En el caso de la Tierra la inclinación es de 23.5° y en Neptuno es de 28.3°. Esta inclinación es la que da lugar a las estaciones del año ya que hace que los rayos solares lleguen con distinta orientación dependiendo de la época del año. 

Plutón. Es el más pequeño de los planetas y se encuentra a 6.000 millones de kilómetros del Sol. Fue descubierto en 1930. Plutón es el más conocido de los objetos transneptunianos del sistema solar, esto es, de aquellos que se encuentran más allá de la órbita de Neptuno. Reclasificado por la Unión Astronómica Internacional como un planeta enano en 2006, Plutón tiene una órbita muy excéntrica que tarda 248 años terrestres en completar un giro alrededor del Sol, de modo que se trata de un astro gélido y lejano, de cuya superficie no se tuvo mayor evidencia hasta que en 2015 la sonda espacial New Horizons reveló algunas imágenes de su apariencia.

El nombre de Plutón rinde homenaje a la mitología grecorromana, específicamente al dios del mismo nombre (“Hades” para los griegos), quien era hermano de Zeus y Poseidón, y reinaba junto a Proserpina (“Perséfone” para los griegos) en el mundo de los muertos, el inframundo. Este nombre le fue puesto en 1930, al poco tiempo de su descubrimiento, debido a la debilidad de su brillo y las tinieblas espaciales que habita, y en parte también a que contenía las iniciales del responsable de su descubrimiento, el estadounidense Percival Lowell (1855-1916), fundador del observatorio Lowell en Arizona.

Antes de que esto ocurriera, Plutón era referido como el “planeta X” por quienes se empeñaban en su búsqueda. Desde mediados del siglo XIX se tenía sospechas de su existencia, debido a las perturbaciones que ocasiona en la órbita de Urano, gracias a los cálculos de Urbain Le Verrier (1811-1877). Pero no se lo descubrió hasta casi un siglo después, cuando se asignó a su búsqueda al joven astrónomo Clyde William Tombaugh (1906-1997).

Durante décadas, Plutón fue considerado el noveno y más lejano planeta del sistema solar, obviando las rarezas de su constitución, tamaño y su órbita. Sin embargo, en 2015 se creó un nombre propio para los objetos astronómicos similares: “planetas enanos”, y a su vez una categoría dentro de esta clasificación, para los objetos similares a Plutón: “plutoides”.

Durante 76 años desde su descubrimiento, Plutón fue considerado el noveno planeta del sistema solar hasta que, en 2006, fue degradado a la categoría de planeta enano. ¿Cuáles fueron los motivos que llevaron a los científicos a hacerlo? ¿Qué características hacen que Plutón sea único? En este artículo, hablaremos en detalle de este interesante cuerpo celeste.

Plutón es uno de los cuerpos celestes sobre que el que más dudas tiene la población general hoy en día. Aunque durante largo tiempo Plutón fue considerado el planeta más alejado del sistema solar, hoy en día se clasifica como planeta enano pero, ¿Qué características lo diferencian del resto de planetas del sistema solar?

La Tierra

La Tierra es el tercer planeta más cercano al Sol, el quinto en tamaño y el único con oxígeno y agua en abundancia. La galaxia más cercana a nosotros es la de Andrómeda, a dos millones de años luz. Seguramente, se formó a partir de una masa fundida a alta temperatura y rodeada de una capa gaseosa.

Puesta de Sol en la Tierra, el tercer planeta más cercano al Sol. Hasta hace unos pocos siglos, los científicos creían que la Tierra estaba inmóvil y fija en el centro del Universo. Sin embargo, nuestro planeta está en órbita alrededor del Sol a una velocidad de 30 km por segundo y da una vuelta sobre su propio eje una vez cada 24 horas.

LOS DATOS DE LA TIERRA

Edad 4.600 millones de años. Hora 5.854 millones de billones de toneladas.Volumen 1.083.218.915.000 km3 Distancia al Sol 150 millones de km.Periodo de rotación 23 horas, 56 minutos, 4 segundos. Periodo orbital alrededor del Sol 365 días, 6 horas, 9 minutos, 9,5 segundos

Hoy en día, la Tierra puede ser estudiada con detalle gracias a la ayuda de astronaves. No obstante, hasta el siglo XVIII no se dispuso de mapas completos del planeta. Las imágenes de la Tierra tomadas desde el espacio son muy importantes en diferentes campos de la ciencia. Uno de los ejemplos más destacables es la inestimable ayuda que suponen en la predicción meteorológica y, especialmente, en el seguimiento de tormentas. Movimiento de rotación; sucesión de los días y las noches.

Los países tienen distintas zonas horarias porque la Tierra es esférica y el Sol no ilumina por igual todos los continentes. El movimiento de rotación explica por qué distintos lugares del mundo tienen diferente hora, así como que haya zonas donde es de día cuando en otras es de noche.

El movimiento de rotación de la Tierra se produce por el enfrentamiento de las ondas electromagnéticas de la Tierra con las ondas electromagnéticas del mismo polo del Sol. Ambas producen una acción o efecto de repulsión que es la causante del giro o movimiento de rotación de los cuerpos que tienen gravedad. Los demás cuerpos del sistema solar también rotan, aunque no todos tardan el mismo tiempo en hacerlo. Venus emplea 243 días, mientras Plutón, el planeta más alejado del Sol, lo hace en 7 días. El más rápido es Júpiter que sólo tarda 10 horas.

En algunos países con grandes distancias entre sus partes oriental y occidental, se señalan distintas horas para diferentes zonas (Rusia, Australia, Estados Unidos e incluso España, que tiene una hora menos en Canarias). El movimiento de rotación de la Tierra se produce de Oeste a Este. Por eso, vemos aparecer el Sol por el Este y ocultarse por el Oeste. Aunque, en realidad, es la Tierra la que gira hacia ese lado.

Movimiento de traslación: las estaciones

La Tierra no permanece fija mientras rota sobre sí misma. Nuestro planeta da una vuelta completa cada 365 días, 5 horas y 49 minutos, en un movimiento que se conoce como traslación. El eje imaginario de rotación de la Tierra está un poco ladeado. Por este motivo, los rayos solares llegan a la superficie terrestre con distinta inclinación. La sucesión de las cuatro estaciones (primavera, verano, otoño e invierno) está relacionada con el movimiento de traslación de la Tierra alrededor del Sol y con la inclinación del eje terrestre.

Cuando los rayos solares caen en forma oblicua sobre el hemisferio sur, el clima es frío y los días son más cortos: es lo que conocemos como invierno. Al mismo tiempo, el hemisferio norte recibe más luz solar, los días son más cálidos y largos y por lo tanto es el verano. Siempre que es verano en el hemisferio sur, en el norte es invierno, y viceversa.

La Luna y sus Fases 

Este satélite es el compañero de la Tierra en el espacio y, una vez al mes, da una vuelta completa a nuestro planeta. Los astrónomos han expuesto varias teorías para explicar su origen. La más popular dice que un cuerpo del tamaño de Marte impactó contra la Tierra y arrojó gran cantidad de materia al espacio. Todos esos trozos de roca se unieron para formar la Luna.

LOS DATOS DE LA LUNA

Edad  4.600 millones de años. Diámetro 3.476 km.Distancia media de la Tierra 384.400 km. Tiempo empleado en orbitar alrededor de la Tierra 27,3 días.Temperatura de la superficie De -155°C a 105°C. En su órbita alrededor de la Tierra, la Luna recibe la luz del Sol y una parte variable de su cara iluminada se muestra visible. Estas distintas visiones se denominan fases de la Luna.Luna nueva o novilunio. Cuarto creciente. Luna indulgente o plenificante. Cuarto menguante.

Las Fases de la Luna

El Sol y la Luna son los astros que determinan el tiempo. Representan el padre y la madre, lo masculino y femenino, el yin y el yang. Son la representación del Dios y la Diosa para muchas culturas. Crean entonces en nuestras consciencias el sentido de dualidad que tiene la existencia. Todavía la Luna determina las fiestas judías y cristianas. El día de Pascua se determina como el primer domingo después de Luna Llena, y después del equinoccio de Primavera. Los meses en el calendario judío están determinados por la rotación completa de la Luna alrededor de la Tierra.

El mundo de hoy tal como lo conocemos no es el mismo que antes. Muchas veces te has preguntado porqué existe el distanciamiento del ser humano con las plantas y los animales. Es precisamente porque varias de estas conexiones se han perdido. Se ha perdido la consciencia del lugar que ocupamos en la Tierra. Vemos nuestra existencia desde el ego y no desde nuestro verdadero yo. Tenemos un calendario para llevar los años que no tiene que ver nada con las estaciones, entendiéndose un año según las estaciones la relación del Sol con la Tierra a partir del primer día de Primavera hasta el último día de Invierno.

 La Primavera es el inicio porque marca el nacimiento, lo que estaba dormido en Invierno despierta, la vida aparece de forma abundante, todo parece ser nuevo. Conforme pasa el año, transcurre el Verano con toda su fuerza y su calor, luego llega el Otoño donde todo parece suavizarse, la luz del Sol es tenúe y mirarás los colores más tenues y hermosos, todo se va enlenteciendo hasta entrar en el Invierno donde todo duerme, la vida es lenta, y parece a veces escasa o extinta. Encontrarás en las estaciones una imagen de la vida de un ser humano, donde el Invierno podría comparse con la vejez, y la Primavera con la Infancia. Si vives en un país tropical, las estaciones están allí también, solamente tienes que estar atento, porque podrían haber más sutilezas dentro del contraste de las aparentes dos estaciones que existen en los países tropicales.

Si te pregunto ahora mismo en qué fase de la Luna nos encontramos, la mayoría de las veces no podrás contestar esta pregunta. Esto es porque los meses del calendario gregoriano no guardan ninguna relación con el mes lunar o mes sinódico. Debido a que ignoramos información como esta se pierde consciencia de la relación que todos tenemos entre sí.

Este artículo te ayudará a entender las fases de la Luna, y que al mirar al cielo puedas reconocer una Luna menguante de una creciente y saber aproximadamente cuántos días han pasado desde la Luna Nueva o la Luna Llena.

Las diferencias entre el Sol y la Luna son notables. Por un lado el Sol cambia muy poco su forma a los ojos de los humanos, su recorrido por los cielos es más lento a través de las diferentes constelaciones o signos. Recorre un signo en 30 días, y tiene un movimiento predecible. Excepto por los eclipses que para un área específica de la Tierra son infrecuentes, la forma del Sol visto a simple vista se mantiene constante, su forma redonda no cambia.

La Luna por otro lado tiene un recorrido rápido por los cielos, cambia su forma constantemente. La hora en que sale en los cielos y la hora en que ya no se puede observar es diferente según sus fases.

En el caso del Sol siempre aparece en la mañana y se oculta en las tardes, es el astro que determina los días para la Tierra además de los años. La Luna determina los meses. La aparición en los cielos de la Luna puede ser a medianoche, en la tarde, al amanecer, o al mediodía. 

La posición de la Luna en la carta natal es muy importante. La afectación de la Luna en la carta natal puede dar lugar a problemas de ansiedad, depresión, trastornos de las personalidad. Es por eso que se prefiere que la Luna esté sola en un signo zodiacal o casa, los planetas pueden estar en un signo antes de la Luna o un signo después. Si la Luna está con otro planeta es preferible que se un planeta benéfico. Las fases de la Luna o tithis son los cambios aparentes que tiene la Luna debido a su relación con el Sol y la Tierra

Los eclipses

Un eclipse es una ocultación transitoria de un astro, o de la luz que éste emite provocada por la interposición de otro cuerpo celeste. El eclipse puede ser total (si el astro es tapado completamente) o parcial (si sólo se cubre una parte del mismo).

Eclipse de Sol. Se produce cuando la Luna se sitúa entre el Sol y la Tierra y nos oculta la luz solar. Eclipse de Luna. Se da cuando la luz solar no llega a la Luna porque la Tierra está entre el Sol y la Luna. El origen del Universo no se conoce con certeza. Hay diversas teorías que lo explican. Entre ellas, la más aceptada por la comunidad científica es la Teoría del Big Bang que postula que toda la materia se originó de la explosión de un punto donde estaba condensada (singularidad). Desde entonces, el Universo se ha ido expandiendo, a medida que la materia se ha ido enfriando.

Hay otras teorías que postulan cosas diferentes, como la del universo oscilante, que afirma que el universo está expandiéndose y contrayéndose continuamente o la teoría del universo inflacionario, que afirma que la materia de nuestro universo se estaría creando continuamente en los núcleos de las galaxias activas.

Las galaxias son las unidades materiales en que está estructurado el Universo y están formadas por las estrellas, los planetas y las nebulosas.Las estrellas son enormes masas esféricas de gases sometidas a grandes presiones y temperaturas que hacen que se produzcan reacciones termonucleares: el hidrógeno se transforma en helio, liberándose enormes cantidades de energía. Son astros que brillan con luz propia.

La vida de una estrella pasa por varias etapas que son caracterizadas por el color que tienen. Las azules son estrellas jóvenes y las rojas, viejas. El destino final de una estrella depende de la masa que tenga. Una estrella de pequeña masa acaba como enana blanca, mientras que una estrella muy masiva puede acabar explotando (nova) o convirtiéndose en un agujero negro.

El Sistema Solar es el sistema planetario en el que se encuentran la Tierra y otros objetos astronómicos que giran en trayectorias cerradas u órbitas alrededor del Sol y que se encuentra cerca del borde la galaxia conocida como Vía Láctea. El Sol es la estrella alrededor de la cual gira nuestro planeta. Es una esfera de un diámetro más de 100 veces mayor que el de la Tierra y representa el 99,75 % de la masa del Sistema Solar.

En su núcleo se dan las reacciones nucleares responsables de la emisión de enormes cantidades de energía cuya temperatura alcanza los 15 millones de grados centígrados. En su superficie, la temperatura es mucho menor, unos 5550 ºC. Los planetas del sistema solar son 8: los 4 interiores están formados por rocas y metal y son Mercurio, Venus, Tierra y Marte. Los 4 exteriores son gaseosos y son Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno. Los dos planetas más grandes, Júpiter y Saturno tienen en su órbita un gran número de satélites, entre los que destacan los satélites de galileo en Júpiter y Titán en Saturno.

Entre los planetas interiores y exteriores se dispone un cinturón de asteroides, compuesto por infinidad de pequeños trozos de rocas. En el sistema solar también hay otros objetos como los planetas enanos y los cometas. La Tierra realiza movimientos de traslación alrededor del Sol (de 365 días y 6 horas de duración) y de rotación sobre su eje (de 1 día de duración).

El movimiento de traslación de la Tierra provoca que un observador desde la Tierra aparentemente vea moverse al Sol a través del cielo. La línea que describe en ese movimiento aparente se llama eclíptica. Cuando el Sol se encuentra en los puntos de la eclíptica más alejados del plano del ecuador celeste se dice que está en un solsticio. Si corta al ecuador celeste, está en un equinoccio. La inclinación del eje de la Tierra provoca la aparición de las estaciones, que van cambiando según el Sol vaya alcanzando los solsticios y los equinoccios.

La Luna también se traslada alrededor de la Tierra y rota sobre su eje, empleando exactamente el mismo tiempo en hacerlo (alrededor de 28 días). Cuando la Tierra, la Luna y el Sol están alineados se pueden producir ocultaciones del Sol y de la Luna, ocasionado los eclipses de Sol y de Luna respectivamente.

El Sistema Solar

El sistema solar es un sistema planetario que vincula, por efecto de la gravedad, a un conjunto de objetos astronómicos. Los sistemas planetarios están formados por una o varias estrellas centrales, y distintos objetos que orbitan a su alrededor. En el caso del sistema solar, la estrella central es el Sol.

Elementos del Sistema Solar

El sistema solar está constituido por 8 planetas, 5 planetas enanos y una enorme cantidad de cuerpos menores. Un planeta es un objeto celeste sin luz propia que orbita una estrella y tiene una masa suficiente que le hace adoptar forma esférica debido a su propia gravedad. La Unión Astronómica Internacional distingue a los planetas de los planetas enanos porque los segundos no han conseguido limpiar su órbita; es decir, que la comparten con otros objetos importantes, como asteroides, cometas y otros cuerpos pequeños. La clasificación de planetas o planetas enanos no tiene nada que ver con su naturaleza intrínseca, relevancia o interés desde el punto de vista científico. 

A pesar de su proximidad con el Sol, no es el planeta más caliente de todos, debido a que carece prácticamente de atmósfera. Incluso, se cree que hacia sus polos podría haber cráteres muy profundos y oscuros que albergan hielo. Mercurio gira a gran velocidad en torno al astro solar, tardando solo 88 días terrestres en completar cada vuelta; sin embargo su rotación es mucho más lenta que la de la Tierra. Mercurio logra girar sobre su propio eje apenas 1,5 veces cada vez que le da la vuelta al Sol. Durante el día, sus temperaturas llegan a los 430 °C, pero por las noches descienden hasta los -185 °C. Carece de estaciones, ya que su eje de inclinación es apenas de 2º.

El Universo, Sistema Solar, La Tierra 

Thursday, August 15, 2024

El Clima, la Contaminación atmosférica, el Cambio Climático, y el Medio Ambiente

El Clima, la Contaminación atmosférica, el Cambio Climático, el Medio Ambiente


El Clima y el Medio Ambiente 

El Clima,  la Contaminación atmosférica,  el  Cambio Climático y el Medio Ambiente 

El clima siempre ha estado cambiando, sin embargo, en la historia de la civilización humana, los cambios actuales que estamos experimentando son particularmente alarmantes. Principalmente, porque el clima nunca ha cambiado tan rápidamente. A continuación presentamos una cronología de los acontecimientos que ponen de relieve los principales cambios climáticos y las acciones resultantes que se han emprendido.

No hace mucho, en el que el cambio climático no significaba demasiado para países, empresas, organizaciones o individuos por igual. Hoy en día, sin embargo, parece estar bastante claro que este fenómeno ha acontecido desde mucho antes de que el término comenzara a popularizarse. La mayor consecuencia de este conocimiento o conciencia tardía es la falta de medidas preventivas, ya que todas parecen llegar siempre algo tarde.

El mundo tal como se presenta hoy parece indicar planes de acción y acuerdos basados en el ‘’muy poco y muy tarde’’ que nunca parecen culminar u ofrecer soluciones reales. Aunque es cierto que la cooperación internacional es compleja, la mayor parte de la involucración necesaria ha podido ser ralentizada debido a la falta de entendimiento del tema, no solo por parte de países y territorios, sino de todos los actores sociales con un impacto en el mundo y en el planeta, pero, ¿Cómo hemos llegado hasta aquí?

A continuación hemos decidido analizar, evaluar e intentar entender cómo la acción ambiental, la cooperación y las leyes en este respecto han evolucionado en los últimos años, culminando en una agenda internacional marcada por los efectos irreversibles del cambio climático y la tan urgente necesidad de cambiar hacia el desarrollo sostenible.

Cronología del desarrollo histórico ambiental

Podemos destacar tres eras o etapas dentro del desarrollo histórico ambiental internacional, marcadas por dos eventos en el camino hacia un futuro sostenible. Por un lado, contamos con la etapa tradicional, anterior a la Convención de 1972 en Estocolmo, seguido de la etapa moderna; y finalmente, tras la Declaración de Río de 1992, la etapa postmoderna.

 En la Gestión de los Recursos

En primer lugar, para poder entender qué ha ocurrido durante la etapa tradicional, debemos tener en cuenta como este periodo fue fuertemente marcado e influenciado por eventos anteriores y posteriores a 1945. Además, esta etapa está especialmente caracterizada por la gestión de recursos y la necesidad de preservar recursos naturales por cuestiones de desarrollo económico y social.

Nos encontramos en un contexto en el que las preocupaciones ambientales son bastante nuevas para la agenda internacional, de hecho, son prácticamente inexistentes hasta la aparición de las Naciones Unidas. En este contexto, durante al menos 25 años, las acciones relativas al clima eran muy limitadas y el enfoque ambiental estaba caracterizado por adecuar los recursos naturales necesarios al desarrollo económico y social, pero aún no prestaban atención a la conservación.

1824 – Joseph Fourier, matemático y físico francés, bautizó el «efecto invernadero» natural de la Tierra por su similitud con el modo en que un invernadero retiene el calor absorbiendo radiación infrarroja y emitiendo parte de ella de vuelta al invernadero para mantener la temperatura.

1896 – Svante Arrhenius, científico sueco, identifica que la combustión de carbón en la era industrial potenciará el efecto invernadero natural. Llegó a la conclusión de que tales acontecimientos podrían duplicar el CO₂ atmosférico y provocar un aumento de la temperatura.

Década de 1900

1938 – Guy Callendar identificó el «efecto Callendar» y demostró que las temperaturas habían aumentado durante el siglo anterior utilizando los registros de 147 estaciones meteorológicas de todo el mundo. Relaciona el aumento de las concentraciones de CO₂ con el mayor calentamiento experimentado.

1955 – Gilbert Plass, físico canadiense, determina que duplicar las concentraciones de CO₂ aumentaría las temperaturas entre 3 y 4 grados centígrados, analizando la absorción de infrarrojos de varios gases.

1958 – David Keeling, científico estadounidense, comienza a registrar datos sobre el CO2 en la atmósfera en Mauna Loa. En cuatro años de seguimiento, el proyecto aportó la primera prueba irrefutable de que las concentraciones de CO₂ están aumentando.

1972 – Primera conferencia de la ONU sobre medio ambiente, en Estocolmo, donde se crea el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). Sin embargo, la atención se centró en cuestiones como la contaminación química, las pruebas con bombas atómicas y la caza de ballenas, más que en el cambio climático.

1987 – Se acuerda el Protocolo de Montreal, que restringe las sustancias químicas que dañan la capa de ozono. Aunque no se estableció pensando en el cambio climático, su impacto en las emisiones de gases de efecto invernadero ha sido mayor que el del futuro Protocolo de Kioto.

1988 – Se crea el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), dependiente del PNUMA, para recopilar y evaluar datos sobre el cambio climático.

1989 – La Primera Ministra del Reino Unido, Margaret Thatcher, advierte en un discurso ante la ONU que el dióxido de carbono en la atmósfera está aumentando a un ritmo alarmante y puede provocar graves cambios en el futuro.

1990 – Primer Informe de Evaluación elaborado por el IPCC. La conclusión es que la temperatura mundial ha aumentado entre 0,3 y 0,6 °C en el último siglo y que las emisiones humanas se suman al complemento natural de gases de efecto invernadero de la atmósfera, lo que previsiblemente provocará un calentamiento.

1992 – Se celebra en Río de Janeiro la Cumbre de la Tierra, en la que los gobiernos acuerdan la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Su objetivo clave es «la estabilización de las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera a un nivel que impida interferencias antropogénicas peligrosas en el sistema climático». En la Cumbre, los países desarrollados acordaron volver a situar sus emisiones en los niveles de 1990.

El cambio climático está afectando a procesos esenciales de muchos organismos, como el crecimiento, la reproducción y la supervivencia de las primeras fases vitales, pudiendo llegar a comprometer la viabilidad de algunas poblaciones. Por ejemplo, especies como el oso pardo o el alcornoque están en peligro de extinguirse en nuestro país.

También altera el funcionamiento de los ecosistemas, como muchos humedales, que están en riesgo de desaparecer. Por otra parte, nos encontramos con una proliferación de especies invasoras, como medusas o mosquitos tigre, en detrimento de otras autóctonas, como los caracoles marinos. Las aves, además, están cambiando sus patrones migratorios, y se quedan en latitudes más cálidas. En nuestros mares se observa una disminución de especies de algas, como las algas rojas en el Cantábrico. Los arrecifes de coral Mediterráneo están gravemente afectados. Además, el aumento de la temperatura del agua provocado por el cambio climático ha disparado las tasas de mortalidad de la posidonia.

El cambio climático está transformando el régimen de incendios, provocando fenómenos más intensos, como se vio en 2022, y una deforestación mayor por la disminución de la capacidad de recuperación de los bosques mediterráneos.

El aumento de la temperatura media y la disminución de las precipitaciones están creando el caldo de cultivo ideal para los incendios, especialmente en las zonas de alta montaña. Además, cada vez superan con mayor frecuencia las 500 hectáreas (los denominados ‘Grandes Incendios Forestales‘) y son más virulentos y difíciles de combatir.

2022 fue el peor año en cuanto a incendios y superficie quemada, superando a 2012. Ardieron unas 270.000 hectáreas y se contabilizaron 56 Grandes Incendios Forestales, algunos de los cuáles de dimensiones históricas como los de la Sierra de la Culebra.

En nuestro país se han perdido ya más del 80% de los glaciares pirenaicos y para 2050 podrían desaparecer irreversiblemente. Monte Perdido ha decrecido de media 5 metros de grosor en las últimas décadas, aunque hay puntos en los que son hasta 14 metros menos. En general retrocede un metro al año, pero el proceso se acelera cada vez más, y “en 2022 es probable que se hayan perdido dos metros”, estima el geógrafo del CSIC Nacho López-Moreno.

De los 52 glaciares que había en 1850 han desaparecido ya 33, la mayoría de ellos después de 1980. Las 3.300 hectáreas de lenguas de hielo que existían a principios del siglo XX en el Pirineo se han reducido a 390.

Los efectos que los científicos habían predicho durante mucho tiempo como resultado del cambio climático global ahora están ocurriendo, como la pérdida de hielo marino, el aumento acelerado del nivel del mar y olas de calor más largas e intensas.

Algunos cambios (como sequías, incendios forestales y lluvias extremas) están ocurriendo más rápido de lo que los científicos evaluaron previamente. De hecho, según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), el organismo de las Naciones Unidas establecido para evaluar la ciencia relacionada con el cambio climático, los seres humanos modernos nunca antes habían visto los cambios observados en nuestro clima global, y algunos de estos cambios son irreversibles en los próximos cientos o miles de años.

Los científicos confían mucho en que las temperaturas globales seguirán aumentando durante muchas décadas, principalmente debido a los gases de efecto invernadero producidos por las actividades humanas.

El sexto informe de evaluación del IPCC, publicado en 2021, encontró que las emisiones humanas de gases que atrapan el calor ya han calentado el clima en casi 2 grados Fahrenheit (1,1 grados Celsius) desde la época preindustrial (a partir de 1750).1 Se espera que la temperatura media mundial alcance o supere los 1,5 grados C (alrededor de 3 grados F) en las próximas décadas. Estos cambios afectarán a todas las regiones de la Tierra.

La gravedad de los efectos causados ​​por el cambio climático dependerá de la trayectoria de las futuras actividades humanas. Más emisiones de gases de efecto invernadero conducirán a más extremos climáticos y efectos dañinos generalizados en todo el planeta. Sin embargo, esos efectos futuros dependen de la cantidad total de dióxido de carbono que emitimos. Entonces, si podemos reducir las emisiones, podemos evitar algunos de los peores efectos.

El impacto ambiental del cambio climático aumenta la frecuencia y la intensidad de los fenómenos meteorológicos extremos, como olas de calor, sequías e inundaciones, así como la degradación de hábitats y extinción de especies. Se espera que este impacto se agrave más si cabe.

En Europa, los mayores aumentos de temperatura se observan en las regiones meridional y ártica. Las precipitaciones disminuyen en el sur de Europa y aumentan en el norte y noroeste. Son cambios que afectan a los ecosistemas naturales, la salud humana y los recursos hídricos. En los sectores económicos como la silvicultura, la agricultura, el turismo y la construcción, donde las consecuencias serán negativas en su mayor parte.

A nivel medioambiental, el cambio climático provoca un impacto repentino en forma de desastres naturales, tales como inundaciones o terremotos, pero a su vez también provoca un impacto lento, en forma de sequías o en un aumento del nivel de los océanos, lo que causa desplazamientos humanos.

Aumento del nivel del mar: cuando la temperatura de la superficie terrestre se calienta, se produce la fusión del hielo de los glaciares, del hielo marino, así como de la plataforma de hielo polar. Cuando esto sucede, aumenta la cantidad de agua que desemboca en los océanos de todo el mundo y conduce a que crezcan los niveles del mar drásticamente, poniendo en peligro numerosas ciudades que se sitúan bajo el nivel del mar.

Olas de calor: las olas de calor se han vuelto cada vez más comunes, y la tazón es que los gases de efecto invernadero que están atrapados dentro en la atmósfera. Los estudios indican que estas olas de calor seguirán aumentando en los próximos años. Esto dará lugar a un aumento de enfermedades relacionadas con el calor y también desencadenar innumerables incendios.

Tormentas: cuando la temperatura de los océanos se vuelve más cálida, las tormentas son más intensas. El calentamiento global hará que las tormentas puedan llegar a ser extremadamente graves. El agua caliente del océano alimentará la intensidad de las tormentas y dan como resultado un mayor número de huracanes. Efectos como estos se están sintiendo ya hoy.

Sequía: las sequías se encuentran en el polo opuesto de este espectro y podemos ver que ya están causando estragos en varias partes de nuestro planeta. El planeta se está calentando y, a su vez disminuye el agua dulce, lo que lleva a malas condiciones en la agricultura. Esto conlleva la pérdida de cosechas y a incertidumbre respecto a la seguridad alimentaria.

Especies de extinción: la desertificación, el aumento de las temperaturas de los océanos así como la deforestación está contribuyendo a los cambios desastrosos e irreversibles que se están produciendo en el hábitat y amenaza con poner en peligro a varias especies, que pronto podrían extinguirse. Una característica crucial para la supervivencia humana es la biodiversidad, y la pérdida de flora y fauna a causa de la extinción en masa que amenazan a nuestro planeta, nos pone en peligro.

Enfermedades: cuando hay un cambio en el hábitat, las temperaturas más cálidas, inundaciones y sequías, crean condiciones adecuadas para que las ratas, mosquitos, así como otras plagas que son portadores de enfermedades, se desarrollen. Enfermedades como el cólera, virus del Nilo Occidental, la enfermedad de Lyme o la fiebre del dengue son cada vez mayores.

Inestabilidad económica: la economía de un país está directamente relacionada con las consecuencias del cambio climático. Los desastres naturales como inundaciones o huracanes son costosos. La crisis mundial está dando lugar a tensiones económicas por controlar las materias primas que cada vez cuestan más.

Destrucción de ecosistemas: el aumento de los gases de efecto invernadero no sólo está provocando cambios drásticos en la atmósfera, sino que también afecta al suministro de agua, el aire limpio y a la agricultura, así como a los recursos energéticos. Las plantas y los animales mueren o se trasladan a otros hábitats cuando los ecosistemas de los que dependen para sobrevivir se ven amenazados por el calentamiento de la temperatura del mar, como es el caso de los arrecifes de coral.

Los pueblos indígenas son los más vulnerables al cambio climático. En América Latina el clima global está cambiando y sus efectos son visibles. El nivel del mar, aumenta, las sequías amenazan a la producción alimentaria en Centroamérica y el Caribe, mientras en el Sur las intensas lluvias repentinas provocan fuertes inundaciones. Si sigue aumentando la temperatura promedio global, la región será una de las más afectadas en el mundo y en pocos años. En Perú, por ejemplo, en los últimos años han ocurrido grandes inundaciones que arrasaron los cultivos de los pueblos indígenas de las Amazonas: ellos son de los primeros que tienen que afrontar las consecuencias directas del cambio climático por su estrecha relación con el medio ambiente y de sus recursos.

En los primeros 3 meses de 2014, cerca de un millón y medio de personas en América Latina sufrieron las consecuencias de eventos climáticos extremos, principalmente inundaciones, según la Oficina de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas (OCAH).

Sin embargo, no solo son las inundaciones, sino que también la escasez de agua también está golpeando a América Latina. Llena de tierras cultivables, la región podría tener un rol clave en asegurar la alimentación de millones de personas.  En el Amazonas, el cambio climático tiene consecuencias como la deforestación y la fragmentación de los bosques y, por tanto, un aumento del carbono liberado en la atmósfera. Las sequías de 2005 produjeron incendios en la región oriental del Amazonas. Por lo que, es probable que este fenómeno ocurra nuevamente a medida que la selva tropical se vaya transformando en sabana, lo que acarreará enormes consecuencias para los medios de vida de los pueblos indígenas de la región.

Por su parte, los pueblos indígenas de la región ártica dependen de la caza de osos polares, morsas, focas y caribúes, el arreo de renos, la pesca y la recolección no sólo para procurarse los alimentos para mantener la economía local, sino también como base de su identidad cultural y social. Entre las cuestiones que preocupan a los pueblos indígenas de esa región figuran la alteración de las especies y los cambios en la disponibilidad de fuentes de alimentos tradicionales, las mayores dificultades para hacer pronósticos del tiempo y los riesgos que conlleva viajar en condiciones climáticas cambiantes, lo que causas graves problemas para la salud humana y la seguridad alimentaria.

En Finlandia, Noruega y Suecia, las lluvias y el clima templado en invierno suelen dificultar el acceso de los renos al liquen, su principal fuente de alimento. Esto ha provocado una pérdida masiva de renos, animales fundamentales para la cultura, la subsistencia y la economía de las comunidades saami. Como consecuencia de ello, los arreadores de renos deben alimentar a los animales con forraje, lo que resulta caro y no es económicamente viable a largo plazo. En la cuenca del Kalahari en África, el aumento de las temperaturas, la expansión de las dunas, el aumento de la velocidad de los vientos y la pérdida de vegetación repercuten negativamente en las práctica tradicionales de crianza de ganado vacuno y caprino, obligándolos actualmente a vivir cerca de pozos perforados por el gobierno para tener acceso a agua y a depender de la ayuda oficial para su supervivencia.

Los ecosistemas cambian por el cambio climático. Los pueblos situados en las zonas de los Andes, los bosques tropicales, las sabanas o las regiones circumpolares, dependen de los recursos naturales para subsistir, recursos cada vez más amenazados.

La mayoría de pueblos indígenas de América Latina se basa en una economía de subsistencia (propio cultivo de hortalizas y cereales, la caza y la pesca) y dependen en gran medida de las condiciones naturales. A la vez, su acceso a información, infraestructura y tecnología sigue siendo menor que en otros grupos poblacionales. Así, los pueblos indígenas de América Latina formarán parte de los grupos poblacionales más afectados por los cambios climáticos ya ocurridos o previsibles.

Los cambios en la época y la cantidad de lluvias en la región amazónica, el deshielo de los glaciares andinos y la resultante escasez de agua, el aumento de los huracanes en América Central son, en su conjunto, indicios de cambios climáticos que se reflejan directamente en la seguridad alimentaria y en las condiciones de vida de los pueblos indígenas. Por lo tanto, los cambios climáticos conllevarán forzosamente una modificación en las costumbres de vida y de alimentación de los pueblos indígenas.

Las consecuencias de los cambios en los ecosistemas tienen implicaciones en la manera en que dichos pueblos los gestionan y protegen, ya que deben sustituir sus formas de vida tradicionales por una gestión más occidental, provocando así una amenaza por la conservación del conocimiento local y de sus modos de subsistencia.

Para muchos pueblos es vital que la relación entre naturaleza, espíritus y seres humanos se encuentre en equilibrio. Se teme que los efectos del cambio climático erosionen las estructuras tradicionales de dichos pueblos.

No obstante, sorprende ver que este impacto del cambio climático en estas comunidades no es considerado a nivel gubernamental: no se tienen en cuenta sus derechos como seres humanos ni tampoco ese necesario conocimiento local que se debe preservar, ya que es en estas prácticas tradicionales donde podemos encontrar las soluciones para luchar contra el cambio climático.

Infoindígena, como entidad que promueve la reflexión acerca de los derechos de los pueblos indígenas evidencia:

1. Daños que afectan negativamente sus vidas en sus territorios, como por ejemplo, la pérdida de biodiversidad o la escasez de agua.

2. Desplazamiento forzado de sus tierras hacia otras regiones del mismo país, debido a que ya no pueden seguir viviendo en su territorio. Además de la pérdida física de la tierra, ello también puede implicar que pierdan su inalienable derecho a la propia tierra.

3. Desplazamiento forzado de sus tierras y huida a otro país. Se teme que, en este caso, pierdan todos sus derechos como pueblos indígenas, en virtud de que, según el Convenio 169 de la OIT, ya no serían indígenas, sino una minoría étnica en un país extranjero. Así pues nos preguntamos, ¿podrían seguir ejerciendo sus derechos reconocidos en su país natal?; ¿qué territorio es reclamable?; ¿cuáles son los derechos reales sobre la tierra? Por estos motivos, los pueblos indígenas reclaman, incluso en el marco de las negociaciones sobre el clima, que sean reconocidos sus derechos sobre la tierra.

El 22 de abril, es el Día internacional de la Madre Tierra y de la Pachamama. Sonia Brito, fundadora de la asociación Tijaraipa, diputada y social local de Manos Unidas en Bolivia afirma que:

"El gobierno de Bolivia ha roto con anteriores sistemas y plantea una nueva armonía del hombre, de la sociedad, de la comunidad y del Estado con la Naturaleza, con la Madre Tierra. De hecho es el primer país que ha hecho aprobar en Naciones Unidas y ha suscrito el convenio internacional de la ONU sobre los pueblos indígenas. La Declaración universal de los pueblos indígenas".

Según esta declaración, los pueblos indígenas deben ser reconocidos y respetados igual que los demás pueblos del mundo. Contribuyen a la diversidad y al patrimonio de la humanidad, y deben estar libres de discriminación.

"Es esencial en el momento que vivimos, en que la naturaleza está sufriendo el castigo y los rigores del hombre y del capitalismo y de la explotación. En la búsqueda de la riqueza se está olvidando que se está socavando el propio planeta, la casa común en la que vivimos.... como dice el papa Francisco".

El discurso global occidental sigue centrado en investigar cómo podemos adaptarnos a estos cambios  de la mano de la tecnología y la ciencia. Sin embargo, los pueblos indígenas además de no tener acceso a estos avances tecnológicos, poseen las claves para hacer frente al problema.

Las formas de economía indígena son economías sostenibles, como por ejemplo, los sistemas tradicionales de cría de ganado, el aprovechamiento de los bosques tropicales o la práctica de cultivos rotativos, de manera que logran así conservar y aprovechar ecosistemas frágiles, como los bosques de manglares, humedales, el Ártico o los bosques tropicales. Mediante la observación de la naturaleza, muchos pueblos indígenas desarrollaron un conocimiento que les permite adaptarse a ciertos fenómenos naturales. Abajo lo ilustramos con algunos algunos ejemplos.

Por otra parte, los awas tara del Caribe nicaragüense han iniciado otro proyecto local en referencia con las fuentes de alimentación. Empiezan a diversificar y alternar la agricultura con la pesca, así como rescatar nuevamente la siembra variada de cultivos, reduciendo así en mayor medida las temporadas de hambruna cuando algunas cosechas se pierden a causa del cambio climático.

No obstante, las mujeres y sus redes sociales son de importancia vital para mitigar los efectos de los desastres y reducir los riesgos. A menudo son ellas las más eficaces a la hora de promover el cambio social necesario para que las comunidades sean capaces de controlar los desastres y reconstruir su medio.

El cambio climático provoca desplazamientos humanos como los refugiados climáticos. Más de 30 millones de personas se vieron obligadas a emigrar forzosamente durante el 2012 a consecuencia de desastres naturales y esta tendencia puede intensificarse en los próximos años si los efectos del cambio climático no remiten. Se calcula que se verán obligadas a desplazarse por el cambio climático entre 25 millones y mil millones de personas para el año 2050.

El continente africano concentra la gran mayoría de afectados por la degradación medioambiental, pese a que solo es responsable del 14% de las emisiones mundiales de CO2. El aumento de las temperaturas está intensificando las lluvias torrenciales, sequías y la subida del nivel del mar, fenómenos que provocan grandes masas de desplazados y la destrucción de sus hogares. Se calcula que en los próximos 10 años, 60 millones de africanos migrarán al norte de África y Europa por estas causas.

Este mismo año, la India tuvo que asumir el desplazamiento de tres millones de personas cuando el río Kosi se desbordó más allá del Himalaya causando una peligrosa inundación. Meses después, la India experimentó el mes de junio más seco en 80 años, por lo que agricultores no pudieron sembrar sus cultivos, hecho que provocó una crisis alimentaria.

Cualquiera que sea la causa inmediata de la migración —forzosa, voluntaria o por reasentamientos llevados a cabo por el gobierno— las personas huyen de los peligros físicos de las tormentas, sequías o las inundaciones, pero enfrentan otras dificultades. Con frecuencia, campesinos o pescadores procedentes de tierras propensas a inundaciones pero fértiles, son forzados a migrar a regiones más altas y vulnerables a la sequía. Sin embargo, muchos intentan regresar a sus tierras para conservar sus derechos de propiedad y preservar sus medios de vida.

El mundo ha cambiado

En efecto, en veinte años muchas cosas han cambiado y al mirar hacia atrás, parece que ha transcurrido mucho más tiempo. Pero ¿Cómo se encontraba el mundo con relación al cambio climático?  ¿Qué animales se han extinguido? ¿Reciclábamos igual entonces que ahora? ¿Existían las islas de plástico? A continuación, algunas respuestas a estas preguntas y a otras que hacen ver cómo, de diferente manera, el mundo ha cambiado desde el año 2000.

Animales que se extinguieron

Desde el año 2000 se han extinguido muchos animales en un proceso que arrancaba antes de esa fecha, pero que durante estos años se ha consumado. Por ello, para nuestra desgracia y la del planeta, se han perdido unas especies de imposible o complicada recuperación. 

Cambio climático

El mundo ha cambiado, y mucho, en lo que se refiere a la conciencia de luchar contra el cambio climático, que ha ido creciendo durante estos últimos años, si bien ya en el año 2000 se hablaba de él, aunque en ocasiones se hacía como algo que no estaba del todo claro que existiese. Pero así es y veinte años después nos encontramos en un punto de inflexión climática.

El aumento del nivel del mar, causado principalmente por el calentamiento global producto del cambio climático, ha aumentado durante estos 20 años. En el año 2000 se encontraba entre 14 y 16 centímetros por encima del promedio del siglo pasado y, desde entonces, el crecimiento se calcula de aproximadamente 1.5 y 1.7 mm por año.

Alrededor del año 2000 se comenzó a tomar plena conciencia de la necesidad de reducir el agujero de la capa de ozono, de ahí que veinte años después se haya recuperado alrededor de 4 millones cuadrados en comparación a como se encontraba entonces.

En cuanto a la temperatura global, en el año 2000, la temperatura era de 0,21ºC más elevada que en 1990. Con la llegada de 2019 se ha alcanzado 1,1ºC por encima de los niveles preindustriales. En este caso el mundo ha cambiado, sí, pero para peor.

Reciclaje

En el 2000 había menos conciencia de la necesidad de reciclar, y la alternativa ecológica y sostenible a menudo era más costosa y estar menos disponible. Pero gracias a los avances tecnológicos y los cambios en la cultura y en la mentalidad, el reciclaje se ha ido introduciendo en la sociedad de manera más amplia. En España, por ejemplo, el porcentaje de reciclaje en el año 2000 era del 31,3%, mientras que 2017 llegaba al 73%.

En 1997 se promulgó en España la Ley de envases y residuos, promoviendo la creación de los Sistemas Integrados de Gestión (SIG) para la gestión del reciclaje de los residuos de envases ligeros, de papel y cartón, comenzando en 1998 a implantarse en todas las ciudades más contenedores de reciclaje, cuyo número ha ido creciendo de manera paulatina, como lo ha hecho también la conciencia ciudadana a la hora de depositar correctamente los residuos en ellos. El mundo ha cambiado, y España también, pero aún tiene que cambiar y adaptarse más al nuevo contexto.

Aunque algunas de las llamadas ‘islas de plástico’ se han descubierto a partir del año 2000, ya en la década de los años setenta del pasado siglo se hablaba de ellas, aunque más como una hipótesis.  En el año 2016 se registraron 5 grandes islas de plástico en el planeta, aunque en verdad hay muchas más de muy diferente tamaño en océanos y mares. Ahora se estima que son 7 las existentes, producto de, según estimaciones recientes, 8 millones de toneladas de desechos: se trata de un fenómeno que, aunque se haya producido a lo largo de los años, ha tomado forma real desde el año 2000. Son vertederos flotantes de residuos y escombros de diferentes tamaños, y, sobre todo, compuestos por plásticos y micro plásticos, que son un auténtico peligro para los ecosistemas marinos. 

El cambio climático afecta a todas las regiones del mundo. Los casquetes polares se están fundiendo y el nivel del mar está subiendo. En algunas regiones, los fenómenos meteorológicos extremos y las inundaciones son cada vez más frecuentes, mientras que en otras se registran olas de calor y sequías. Hemos de actuar por el clima ahora, o estos efectos no harán sino intensificarse. El cambio climático es una amenaza muy grave, y sus consecuencias afectan a muchos y muy diversos aspectos de nuestra vida. A continuación figura una lista de las principales consecuencias del cambio climático.

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible explican cómo podemos proteger nuestro medio ambiente y frenar el cambio climático, desde los bosques hasta los océanos, pasando por todos los lugares intermedios. Piensa en el consumo eléctrico y en los viajes que haces. Revisa tu forma de comer. Reutiliza todo lo que puedas. Hay muchas posibilidades de actuar, y todas suman.

Ahorra energía en casa

Gran parte de nuestra electricidad y calefacción funciona con carbón, petróleo y gas. Utiliza menos energía reduciendo el uso de la calefacción y el aire acondicionado, cambiando a bombillas LED y electrodomésticos de bajo consumo, lavando la ropa con agua fría o tendiendo la ropa mojada en lugar de utilizar la secadora. Mejorar la eficiencia energética de tu casa a través de, por ejemplo, un mejor aislamiento o reemplazar el horno de petróleo o gas por una bomba de calor eléctrica, puede reducir la huella de carbono hasta en 900 kilogramos de CO2 equivalente al año.

Cambia el tipo de energía de tu casa

Pregunta a tu compañía eléctrica si la energía de tu hogar procede del petróleo, carbón o gas. Si es posible, comprueba si puedes cambiar a fuentes renovables, como la eólica o la solar. O bien instala paneles solares en tu tejado para generar la energía de tu vivienda. Cambiar la energía de tu casa de petróleo, gas o carbón a fuentes renovables de energía, como la eólica o la solar, puede reducir tu huella de carbono hasta en 1,5 toneladas de CO2 equivalente al año.

Desplázate a pie, en bicicleta o en transporte público

Las carreteras del mundo están saturadas de vehículos, la mayoría de los cuales usan diésel o gasolina. Caminar o ir en bicicleta, en lugar de conducir, reduce las emisiones de gases de efecto invernadero y supone un beneficio para la salud y la forma física. Para distancias más largas, considera viajar en tren o autobús. Y comparte el coche siempre que sea posible. Vivir sin coche puede reducir la huella de carbono hasta en 2 toneladas de CO2 equivalente al año, en comparación con un estilo de vida con coche.

Cambia a un vehículo eléctrico

Si estás pensando comprar un coche, considera la posibilidad de adquirir un modelo eléctrico, ya que cada vez se comercializan más modelos a un menor precio. En muchos países, los coches eléctricos contribuyen a reducir la contaminación atmosférica y causan muchas menos emisiones de gases de efecto invernadero que los vehículos de gasolina o diésel. No obstante, muchos coches eléctricos siguen funcionando aún con combustibles fósiles, y las baterías y motores requieren minerales raros que, por lo general, tienen un alto coste tanto medioambiental como social. Cambiar un coche de gasolina o diésel por un vehículo eléctrico puede reducir tu huella de carbono hasta en 2 toneladas de CO2 equivalente al año, mientras que un vehículo híbrido puede ahorrarte hasta 700 kilogramos de CO2 equivalente al año.

Reconsidera tus desplazamientos

Los aviones usan grandes cantidades de combustibles fósiles y producen importantes emisiones de gases de efecto invernadero. Esto hace que volar menos sea una de las formas más rápidas de reducir el impacto medioambiental. Cuando sea posible, reúnete virtualmente, desplázate en tren o no hagas un viaje de larga distancia si no es necesario. Tomar un vuelo menos de larga distancia puede reducir tu huella de carbono hasta en casi 2 toneladas de CO2 equivalente.

Consume menos, reutiliza, repara y recicla

Los aparatos electrónicos, la ropa y otros artículos que compramos generan emisiones de carbono en cada eslabón de la cadena de producción, desde la extracción de las materias primas hasta la fabricación y el transporte de los productos al mercado. Para proteger nuestro clima, compra menos cosas, compra de segunda mano, repara lo que puedas y recicla. Tan solo los plásticos generaron 1800 millones de toneladas métricas de emisiones de gases de efecto invernadero en 2019, el 3,4 % del total mundial. Menos del 10 % se recicla, y una vez desechado el plástico, puede perdurar durante cientos de años. Comprar menos ropa nueva (y otros bienes de consumo) también puede reducir tu huella de carbono. Cada kilogramo de tejido que se produce genera aproximadamente 17 kilogramos de CO2 equivalente.

Come más verduras

Comer más verduras, frutas, cereales integrales, legumbres, frutos secos y semillas, y menos carne y productos lácteos, puede reducir considerablemente tu impacto medioambiental. La producción de alimentos de origen vegetal suele generar menos emisiones de gases de efecto invernadero y requiere menos energía, tierra y agua. Cambiar de una dieta mixta a una vegetariana puede reducir tu huella de carbono hasta en 500 kilogramos de CO2 equivalente al año (o hasta en 900 kilogramos si es una dieta vegana).

Tira menos comida

Cuando tiras comida, también desperdicias los recursos y la energía que se utilizaron para cultivarla, producirla, envasarla y transportarla. Y cuando los alimentos se pudren en un vertedero, producen metano, un potente gas de efecto invernadero. Así pues, utiliza lo que compres y convierte en abono los restos. Disminuir los residuos de los alimentos puede reducir tu huella de carbono hasta en 300 kilogramos de CO2 equivalente al año.

Cultiva especies autóctonas

Si tienes un jardín o incluso una o dos plantas exteriores, procura elegir especies autóctonas. Puedes usar una aplicación de identificación de plantas para orientarte. Además, piensa en sustituir las no autóctonas, especialmente las consideradas invasoras. Las plantas, los animales e insectos dependen los unos de los otros. La mayoría de los insectos no comen plantas no autóctonas, lo que significa que los pájaros y otras especies pierden también una fuente de alimento. La biodiversidad se resiente. Incluso un solo árbol o arbusto puede dar cobijo a otras especies, pero recuerda evitar los insecticidas y otros productos químicos.

Mantén limpio tu entorno

Los seres humanos, los animales y las plantas sufren las consecuencias de la contaminación del suelo y el agua por la basura desechada de forma inadecuada. Utiliza lo que necesites y, cuando tengas que tirar algo, hazlo correctamente. Educa a los demás para que hagan lo mismo y participa en las limpiezas locales de parques, ríos, playas y otros lugares. Cada año la gente tira 2000 millones de toneladas de basura. Aproximadamente un tercio causa daños al medio ambiente, desde la obstrucción de las reservas de agua hasta el envenenamiento del suelo.

Haz que tu dinero valga la pena

Todo aquello en lo que gastamos dinero afecta al planeta. Tú puedes elegir los bienes y servicios que financias. Para reducir tu impacto ambiental, elige productos de empresas que estén comprometidas con el uso responsable de los recursos y con la reducción de sus emisiones de gases y residuos. Si inviertes tu dinero en un fondo de pensiones, por ejemplo, podrías estar apoyando los combustibles fósiles o la deforestación. Asegurarte de que tus ahorros se invierten en empresas medioambientalmente sostenibles puede reducir en gran medida tu huella de carbono.

Expresa tu opinión

Habla y haz que otros se unan a la acción. Es una de las formas más rápidas y eficaces de marcar la diferencia. Habla con tus vecinos, colegas, amigos y familiares. Haz saber a los dueños de negocios que apoyas los cambios valientes, desde productos y envases sin plásticos hasta vehículos sin emisiones. Apela a los líderes locales y mundiales para que actúen ya. La acción por el clima es una tarea de todos y que nos concierne a todos. Nadie puede hacerlo solo, pero podemos hacerlo todos juntos. 

Los recursos naturales proporcionan empleo a cientos de millones de personas y medios de subsistencia a miles de millones más. Cuando se administran bien, los recursos naturales renovables, las cuencas hidrográficas, los paisajes terrestres productivos y los paisajes marinos pueden ser la base del crecimiento sostenido e inclusivo, la seguridad alimentaria, la reducción de la pobreza y el bienestar humano.

La triple crisis ambiental del cambio climático, la pérdida de naturaleza y la contaminación está comenzando a revertir décadas de avances en el desarrollo en algunos países, y a desacelerar el progreso en otros. El desarrollo y el crecimiento económicos ya no pueden producirse a expensas del capital natural del planeta. Abordar los factores que impulsan la degradación ambiental y la pérdida de la naturaleza es esencial para poner fin a la pobreza en un planeta habitable. Un medio ambiente saludable también es fundamental para garantizar que las personas puedan llevar una vida sana y productiva, y que los recursos públicos y privados se destinen a inversiones para promover el desarrollo en lugar de solucionar la contaminación. Los ecosistemas del mundo regulan además el aire, el agua y el suelo de los que todos dependemos y constituyen un mecanismo de defensa único y eficaz en función de los costos contra los fenómenos meteorológicos extremos y el cambio climático.

Para lograr un crecimiento sostenible es necesario que se integren mejor las medidas ambientales, climáticas y de desarrollo, tal como se destaca en los últimos compromisos mundiales, entre ellos el Marco Mundial de la Diversidad Biológica aprobado en diciembre de 2022 en la COP15 (i). Para que esto ocurra, los países necesitan una mejor gestión de los recursos naturales, políticas fiscales favorables al medio ambiente, mercados financieros más verdes y programas eficaces de gestión de desechos.

En particular, los programas relativos a la naturaleza y al cambio climático son complementarios, y las sinergias existentes deben aprovecharse para promover un desarrollo verde, resiliente e inclusivo. Los beneficios de una política inteligente con respecto a la naturaleza aumentan considerablemente cuando se tienen en cuenta los servicios de secuestro de carbono (i).

Es preciso prestar una mayor atención para garantizar que la naturaleza se convierta en un motor del desarrollo económico y social. Las inversiones en la naturaleza impulsan la recuperación económica al crear empleo, atender las necesidades de las comunidades más pobres y generar resiliencia a largo plazo.

A lo largo del último siglo, los cambios medioambientales han causado estragos en el planeta. Desastres naturales, alteraciones en las estaciones y problemas con el suministro de agua son sólo algunos de los problemas que incluye la larga lista de consecuencias, que podrían aumentar si no tomamos medidas rápidas.

El año 2015, 195 países se reunieron en. Francia para la conferencia COP21 sobre cambio climático. Ahí firmaron el Acuerdo de París, que tiene como objetivo principal mantener el aumento de la temperatura global bajo los 2 grados celsius respecto a los niveles preindustriales Acuerdo del que Estados Unido. En el Día Mundial del Medio Ambiente, te dejamos las cifras más impactantes de este y otro¡ Fenómenos que afectan al mundo y de los que debemos tomar conciencia.


El Clima,  la Contaminación atmosférica,  el  Cambio Climático, y el Medio Ambiente 

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