Tuesday, August 13, 2024

El Origen de las Civilizaciones

 El Origen de las Civilizaciones

El Origen de las Civilizaciones

La historia y la cultura son aspectos fundamentales de nuestra identidad como seres humanos. A través del estudio de las civilizaciones antiguas, podemos entender cómo se desarrollaron las sociedades y cómo llegamos a ser lo que somos hoy en día. Te invitamos a explorar el origen de las primeras civilizaciones y adentrarte en un viaje fascinante a nuestros orígenes.

En primer lugar, analizaremos los diversos factores que dieron lugar al surgimiento de las primeras civilizaciones, como la agricultura, el desarrollo de la escritura, la creación de sistemas políticos y religiosos, entre otros. También exploraremos algunas de las civilizaciones más importantes de la antigüedad, como la civilización sumeria, egipcia, china y mesopotámica, y cómo estas sentaron las bases para el desarrollo de la humanidad.

Al sumergirte en este apasionante tema, podrás comprender mejor cómo se formaron las primeras sociedades complejas y cómo su legado ha influido en nuestra cultura actual. Además, conocerás las diferentes formas de vida, creencias y logros históricos de estas civilizaciones, lo cual te permitirá ampliar tus conocimientos y tener una visión más completa de la historia y la cultura universal.

La importancia de la historia en la comprensión de nuestra cultura
La historia desempeña un papel fundamental en la comprensión de nuestra cultura y en la formación de nuestra identidad. Nos permite conocer nuestro pasado, entender cómo hemos evolucionado como sociedad y aprender de los errores y aciertos de las generaciones anteriores.

El estudio de la historia nos brinda la oportunidad de explorar los orígenes de las primeras civilizaciones y sumergirnos en un fascinante viaje a través del tiempo. Nos permite descubrir las bases sobre las cuales se construyeron las sociedades modernas y comprender cómo se desarrollaron las primeras formas de gobierno, las instituciones sociales y las creencias religiosas.


Uno de los beneficios clave de estudiar la historia es que nos ayuda a comprender el contexto en el que vivimos actualmente. Al conocer los eventos históricos que dieron forma a nuestra sociedad, podemos entender mejor las dinámicas políticas, económicas y sociales que nos rodean. Esto nos permite tomar decisiones informadas y participar de manera más activa en nuestra comunidad.

Además, el estudio de la historia nos ayuda a desarrollar habilidades críticas y analíticas. Nos enseña a analizar fuentes de información, evaluar evidencias y construir argumentos sólidos. Estas habilidades son fundamentales en nuestra vida cotidiana, ya que nos permiten tomar decisiones informadas, resolver problemas y comunicarnos de manera efectiva.

Un caso de uso concreto de la historia es en la educación. Al enseñar a los estudiantes sobre el pasado, podemos ayudarles a comprender mejor el presente y prepararlos para el futuro. Les brindamos las herramientas necesarias para enfrentar los desafíos de la sociedad actual y les mostramos ejemplos de liderazgo, innovación y resiliencia que pueden inspirarlos en su propio camino.

En cuanto a los consejos prácticos, es recomendable complementar el estudio de la historia con actividades prácticas, como visitas a museos, lectura de libros y participación en debates y discusiones. Estas actividades ayudan a contextualizar los eventos históricos y a conectarlos con la realidad actual.

La historia juega un papel fundamental en la comprensión de nuestra cultura y en la formación de nuestra identidad. Nos permite conocer nuestros orígenes, entender cómo hemos evolucionado como sociedad y aprender de los errores y aciertos del pasado. Estudiar la historia nos brinda la oportunidad de explorar las primeras civilizaciones y comprender el contexto en el que vivimos actualmente. Además, nos ayuda a desarrollar habilidades críticas y analíticas que son fundamentales en nuestra vida cotidiana. Por lo tanto, es importante valorar y apreciar el estudio de la historia como una herramienta para enriquecer nuestra comprensión del mundo.


Los vestigios arqueológicos como testigos de nuestro pasado
Nuestro pasado está lleno de misterios y preguntas sin respuesta. Afortunadamente, contamos con una herramienta invaluable para descubrir y comprender nuestro origen: los vestigios arqueológicos. Estos restos materiales de antiguas civilizaciones nos permiten reconstruir fragmentos de la historia y adentrarnos en el fascinante mundo de nuestros antepasados.

Cada excavación arqueológica es como un viaje en el tiempo, donde los arqueólogos desentierran artefactos y estructuras que han permanecido ocultos durante siglos. Estos descubrimientos nos brindan pistas sobre cómo vivían, trabajaban, se organizaban socialmente y adoraban a sus dioses las primeras civilizaciones.

Un claro ejemplo de esto es la ciudad de Pompeya, que fue sepultada bajo las cenizas del volcán Vesubio en el año 79 d.C. y redescubierta en el siglo XVIII. Gracias a las excavaciones arqueológicas, hoy podemos caminar por sus calles empedradas, entrar en sus casas, teatros y templos, y obtener una visión detallada de la vida cotidiana en la antigua Roma.

Otro caso fascinante es el de la antigua ciudad maya de Tikal, en Guatemala. Durante siglos, esta ciudad estuvo oculta en la selva tropical hasta que fue descubierta por exploradores y arqueólogos en el siglo XIX. Los templos, palacios y plazas que emergieron de la vegetación nos brindan una visión única de la grandeza y complejidad de esta civilización precolombina.

Los vestigios arqueológicos no solo nos permiten conocer el pasado, sino también comprender nuestra evolución como sociedad. Por ejemplo, los restos encontrados en las antiguas ciudades mesopotámicas de Ur y Babilonia nos revelan los primeros indicios de una organización social jerárquica, donde los reyes gobernaban junto con una élite de sacerdotes y escribas.


Además de los artefactos y estructuras, los estudios arqueológicos también se enfocan en el análisis de restos humanos y animales. Estos análisis proporcionan información invaluable sobre la salud, la dieta y las prácticas funerarias de las civilizaciones antiguas. Por ejemplo, el estudio de los restos encontrados en la ciudad de Mohenjo Daro, en el valle del Indo, reveló evidencia de una planificación urbana avanzada y sistemas de alcantarillado sofisticados.

Es importante destacar que los vestigios arqueológicos no solo nos revelan aspectos de las grandes civilizaciones, sino también de las culturas más pequeñas y menos conocidas. Por ejemplo, los estudios arqueológicos en la isla de Pascua han revelado cómo la civilización Rapa Nui construyó y transportó los famosos moáis, enormes estatuas de piedra que son símbolo de la isla.

Los vestigios arqueológicos son testigos silenciosos de nuestro pasado y nos permiten comprender cómo evolucionaron las primeras civilizaciones. A través de la arqueología, podemos viajar en el tiempo y descubrir los secretos que yacen bajo nuestros pies. Así que la próxima vez que te encuentres frente a un museo arqueológico o leyendo un artículo sobre una excavación reciente, recuerda que estás conectado con tu pasado y que cada descubrimiento arqueológico nos acerca un poco más a nuestros orígenes.

Las primeras civilizaciones: Egipto y Mesopotamia
Las primeras civilizaciones de la historia surgieron hace miles de años en diferentes partes del mundo. Dos de las más conocidas y fascinantes son la civilización egipcia y la mesopotámica. Estas civilizaciones antiguas dejaron un legado cultural y arquitectónico impresionante que aún hoy en día nos maravilla.


Egipto, situado en el noreste de África, fue una de las civilizaciones más duraderas de la antigüedad. Su historia se remonta alrededor del año 3100 a.C., cuando el rey Menes unió el Alto y el Bajo Egipto en un solo reino. A lo largo de los siglos, los faraones gobernaron con poder absoluto y construyeron monumentos imponentes como las pirámides de Giza y los templos de Luxor y Karnak. La sociedad egipcia estaba organizada en una jerarquía donde el faraón era considerado un dios viviente y los sacerdotes tenían un papel importante en la religión y la vida cotidiana. La escritura jeroglífica, el desarrollo de la medicina y la construcción de canales de riego para la agricultura son algunos de los logros destacados de esta antigua civilización.

Mesopotamia, por otro lado, se encuentra en la región del Creciente Fértil, entre los ríos Tigris y Éufrates. Esta área fue el hogar de varias civilizaciones, como los sumerios, acadios, babilonios y asirios. Mesopotamia fue la cuna de la escritura cuneiforme, una de las primeras formas de escritura de la historia. También se destacaron en la astronomía, las matemáticas y la arquitectura, construyendo impresionantes zigurats y ciudades fortificadas. La sociedad mesopotámica estaba dividida en clases sociales, con los sacerdotes y los reyes en la cima de la jerarquía. La creencia en múltiples dioses y la práctica de la adivinación eran elementos centrales de su cultura.

Estas civilizaciones antiguas compartían algunas características, como una economía basada en la agricultura, una organización social jerárquica y una fuerte influencia religiosa en la vida cotidiana. Sin embargo, también había diferencias significativas en su gobierno, religión y desarrollo cultural.

Beneficios y puntos clave
Comprender el origen de las primeras civilizaciones nos permite conocer nuestros propios orígenes y cómo evolucionó la humanidad a lo largo del tiempo. Estudiar las civilizaciones egipcia y mesopotámica nos ayuda a comprender la importancia de la escritura, la arquitectura, la religión y la organización social en el desarrollo de las sociedades humanas.


Avances en escritura: La escritura jeroglífica egipcia y la escritura cuneiforme mesopotámica fueron los primeros sistemas de escritura conocidos. Estos avances permitieron a estas civilizaciones registrar información, comunicarse y preservar su conocimiento para las generaciones futuras.
Arquitectura monumental: Las pirámides de Egipto y las ciudades fortificadas de Mesopotamia son ejemplos impresionantes de la arquitectura antigua. Estas construcciones monumentales reflejan la habilidad técnica y la creencia religiosa de estas civilizaciones.
Desarrollo de sistemas políticos y sociales: Las civilizaciones egipcia y mesopotámica establecieron sistemas de gobierno centralizados y jerárquicos. Estos sistemas políticos sentaron las bases para el desarrollo de futuras sociedades.

El estudio de las primeras civilizaciones como Egipto y Mesopotamia nos permite comprender la evolución de la humanidad y apreciar el legado cultural que nos han dejado. Estas civilizaciones antiguas nos enseñan la importancia de la escritura, la arquitectura y la organización social en el desarrollo de las sociedades humanas. Explorar y aprender sobre estas civilizaciones nos transporta a un fascinante viaje a nuestros propios orígenes.

El legado cultural de los antiguos griegos y romanos
El legado cultural de los antiguos griegos y romanos es de gran importancia para entender nuestra historia y cultura actual. Ambas civilizaciones dejaron una huella imborrable en diversos campos como la política, la literatura, la arquitectura, la filosofía y las artes.

Política y democracia:
Los antiguos griegos fueron los pioneros en establecer sistemas políticos democráticos en la ciudad-estado de Atenas. La democracia ateniense permitía la participación directa de los ciudadanos en la toma de decisiones y sentó las bases para la forma de gobierno que aún utilizamos hoy en día. Por otro lado, los romanos desarrollaron el concepto de república, en la cual el poder era ejercido por representantes elegidos por el pueblo. Este sistema político fue un modelo para muchas naciones durante siglos.

Literatura y filosofía:
La literatura y filosofía griega y romana han dejado una profunda influencia en la cultura occidental. En Grecia, escritores como Homero, Sófocles y Platón sentaron las bases de la literatura épica, el teatro y la filosofía. Sus obras maestras, como «La Ilíada» y «La Odisea«, continúan siendo estudiadas y apreciadas en la actualidad. En Roma, autores como Virgilio, Ovidio y Cicerón contribuyeron al desarrollo de la poesía, la retórica y la filosofía.


Caso de uso:
Un claro ejemplo de la influencia de los antiguos griegos y romanos en la literatura es la obra de William Shakespeare. El famoso dramaturgo inglés se inspiró en las tragedias griegas y en las comedias romanas para crear sus obras teatrales. Además, muchos de los personajes y temas de Shakespeare, como la ambición, el poder y el amor, tienen sus raíces en la literatura clásica.

Arquitectura y artes:
La arquitectura y las artes también fueron áreas en las que los griegos y romanos dejaron un legado duradero. Los antiguos griegos fueron los pioneros en el desarrollo del estilo arquitectónico conocido como el orden dórico, jónico y corintio, que se caracterizaba por la elegancia y la proporción. Por su parte, los romanos utilizaron la arquitectura como una forma de expresión de su poder y grandeza. Construyeron magníficos edificios como el Coliseo, el Panteón y los acueductos. En cuanto a las artes, tanto los griegos como los romanos destacaron en la escultura y la pintura, creando obras maestras que aún se conservan y se estudian hoy en día.

El impacto de las grandes civilizaciones precolombinas en América
Las grandes civilizaciones precolombinas en América dejaron un legado cultural y tecnológico que perdura hasta nuestros días. Estas civilizaciones, como los mayas, aztecas e incas, se desarrollaron de manera independiente en diferentes regiones de América Central y del Sur, y alcanzaron niveles de organización social y avances científicos impresionantes.


Una de las características más destacadas de estas civilizaciones fue su capacidad para construir ciudades y monumentos imponentes. Los mayas, por ejemplo, construyeron ciudades como Tikal y Chichén Itzá, que hoy en día son consideradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Estas ciudades, además de ser centros políticos y religiosos, también eran importantes centros de conocimiento y comercio.

Los avances tecnológicos de estas civilizaciones también son dignos de admiración. Por ejemplo, los mayas desarrollaron un sistema de escritura jeroglífica y un calendario preciso que les permitía realizar cálculos astronómicos con gran precisión. Los incas, por su parte, construyeron un extenso sistema de caminos que les permitía comunicarse rápidamente a lo largo de su vasto imperio, así como un eficiente sistema de terrazas agrícolas que les permitía cultivar en las montañas.

Además de sus logros arquitectónicos y tecnológicos, estas civilizaciones también tuvieron un impacto significativo en el ámbito cultural y artístico. Los mayas, por ejemplo, desarrollaron un sistema de escritura complejo y una rica tradición literaria. Los aztecas, por su parte, eran conocidos por su arte elaborado y su arquitectura monumental. Los incas, en cambio, se destacaron por su habilidad en la cerámica y la metalurgia.

El legado de estas civilizaciones precolombinas en América es evidente en la actualidad. Muchas de las ciudades y monumentos que construyeron siguen siendo visitados por millones de personas cada año. Además, su influencia cultural y artística se puede apreciar en la música, la danza, la gastronomía y la artesanía de las comunidades indígenas que aún habitan estas regiones.

Estudiar y comprender el impacto de las grandes civilizaciones precolombinas en América es fundamental para entender nuestros orígenes y valorar la diversidad cultural de nuestro continente. Además, nos permite apreciar la capacidad humana para desarrollar sociedades complejas y avanzadas, incluso en condiciones geográficas y climáticas adversas. A través de estas civilizaciones, podemos aprender valiosas lecciones sobre la importancia de la organización social, la innovación tecnológica y la preservación del medio ambiente.


La influencia de la cultura china a lo largo de la historia
La cultura china ha tenido una influencia significativa a lo largo de la historia, tanto en su propio país como en el resto del mundo. Su rica historia y tradiciones han dejado una huella profunda en diversas áreas, como la filosofía, la medicina, el arte y la gastronomía.

Una de las contribuciones más destacadas de la cultura china es su filosofía, que ha influido en el pensamiento occidental y oriental. El confucianismo, por ejemplo, ha proporcionado una base ética y moral sólida para la sociedad china durante siglos. Su énfasis en la importancia de las relaciones familiares y sociales ha ayudado a mantener la cohesión social a lo largo del tiempo.

Otra área en la que la cultura china ha dejado su marca es la medicina tradicional china. Esta práctica milenaria se basa en el equilibrio entre el yin y el yang, así como en el flujo de energía conocido como Qi. La acupuntura, la fitoterapia y otras técnicas han demostrado su eficacia en el tratamiento de diversas enfermedades y dolencias.

El arte chino también ha sido una fuente de inspiración para artistas de todo el mundo. Desde la caligrafía hasta la pintura de paisajes, la cerámica y la escultura, la estética china ha sido admirada y replicada en diferentes culturas. Sus representaciones de la naturaleza, los animales y las figuras humanas han capturado la imaginación de generaciones de artistas y amantes del arte.

Y, por supuesto, no podemos olvidar la gastronomía china, que ha conquistado paladares de todo el mundo. Sus platos variados y sabrosos, como el arroz frito, el pato pekín, el dim sum y el tofu mapo, son solo algunos ejemplos de la diversidad culinaria de China. Estos platos han encontrado su lugar en restaurantes internacionales y han sido adaptados a los gustos locales en diferentes países.

La cultura china ha dejado un legado duradero en la historia de la humanidad. Su filosofía, medicina, arte y gastronomía son solo algunas de las áreas en las que su influencia se ha extendido. Explorar y apreciar la riqueza de la cultura china nos permite comprender mejor nuestro propio pasado y la diversidad de la humanidad en general.


El renacimiento, un período de grandes avances en arte y ciencia
El renacimiento fue un período de gran importancia en la historia, marcado por un renacer en el interés por el arte y la ciencia. Se considera como una época de transición entre la Edad Media y la Edad Moderna, y tuvo lugar aproximadamente entre los siglos XIV y XVI.

Durante el renacimiento, se produjeron avances significativos en diferentes campos, incluyendo el arte, la arquitectura, la literatura, la música, la ciencia y la filosofía. Los artistas renacentistas buscaron inspiración en la antigüedad clásica, especialmente en la cultura griega y romana, y se centraron en representar la belleza y la naturaleza de manera realista.

Uno de los aspectos más destacados del renacimiento fue el desarrollo de la perspectiva en la pintura, que permitió a los artistas representar el espacio tridimensional de manera más precisa. Esto condujo a la creación de obras maestras como «La Última Cena» de Leonardo da Vinci y «La Primavera» de Sandro Botticelli.

En el campo de la arquitectura, el renacimiento se caracterizó por la recuperación de los principios de la arquitectura clásica, como la utilización de columnas, arcos y cúpulas. Algunos ejemplos destacados de la arquitectura renacentista son la Catedral de Florencia y el Palacio Pitti en Italia.


Además del arte, el renacimiento también fue una época en la que se produjeron importantes avances científicos y descubrimientos. Durante este período, se desarrollaron ideas revolucionarias en campos como la astronomía, la anatomía y las matemáticas.

Un ejemplo destacado de los avances científicos del renacimiento fue el heliocentrismo, una teoría propuesta por Nicolás Copérnico que afirmaba que la Tierra y los demás planetas giran alrededor del Sol. Esta idea desafió la creencia dominante de la época, que sostenía que la Tierra era el centro del universo.

Otro científico destacado del renacimiento fue Galileo Galilei, quien realizó importantes descubrimientos en el campo de la física y la astronomía. Utilizando un telescopio que él mismo construyó, Galileo observó las fases de Venus y las lunas de Júpiter, lo que respaldó la teoría heliocéntrica de Copérnico.

El renacimiento fue un período de grandes avances en arte y ciencia, que marcó el inicio de una nueva era de conocimiento y exploración. Los artistas y científicos de esa época sentaron las bases para muchos de los avances y descubrimientos que aún hoy en día son fundamentales en nuestras vidas.


La influencia de la Revolución Industrial en la sociedad moderna
La Revolución Industrial fue un período de gran transformación que tuvo lugar en Europa a finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX. Este período marcó el comienzo de una nueva era en la historia de la humanidad, donde la producción en masa, la mecanización y el desarrollo de nuevas tecnologías revolucionaron la forma en que vivimos y trabajamos hasta el día de hoy.

La influencia de la Revolución Industrial en la sociedad moderna ha sido profunda y duradera. Esta revolución trajo consigo una serie de cambios radicales en diferentes ámbitos de la vida, desde la economía hasta la cultura y la política. A continuación, exploraremos algunos de los beneficios y puntos clave más importantes de esta transformación histórica.

Beneficios de la Revolución Industrial
1. Aumento de la producción: La introducción de maquinaria y tecnología en los procesos de fabricación permitió un aumento significativo en la producción de bienes y productos. Esto llevó a una mayor disponibilidad de productos, lo que a su vez condujo a una mejora en la calidad de vida de muchas personas.

2. Mejoras en el transporte y las comunicaciones: La Revolución Industrial también trajo consigo avances en el transporte y las comunicaciones. La invención de la locomotora de vapor y el telégrafo revolucionaron la forma en que las personas se desplazaban y se comunicaban, acortando distancias y permitiendo una mayor conectividad entre diferentes regiones y países.

3. Creación de empleo: La expansión de la industria y la introducción de nuevas tecnologías crearon una gran demanda de mano de obra. Esto llevó a la creación de empleos en las fábricas y minas, lo que a su vez atrajo a personas de áreas rurales a las ciudades en busca de trabajo.


4. Avances científicos y tecnológicos: La Revolución Industrial fue un catalizador para importantes avances científicos y tecnológicos. La invención de la máquina de vapor, por ejemplo, sentó las bases para el desarrollo de la energía eléctrica y la maquinaria moderna. Estos avances sentaron las bases para futuras innovaciones y revoluciones tecnológicas.

Puntos clave de la Revolución Industrial
1. Urbanización: Con el crecimiento de la industria, muchas personas abandonaron las áreas rurales en busca de empleo en las ciudades. Esto provocó un rápido crecimiento de las ciudades y la aparición de problemas como la superpoblación, la falta de vivienda y la insalubridad.

2. Condiciones laborales: A medida que la industria crecía, también surgieron problemas relacionados con las condiciones laborales de los trabajadores. Jornadas laborales largas, salarios bajos y falta de seguridad en el trabajo eran comunes en muchas fábricas y minas.

3. Desigualdad social: La Revolución Industrial también creó una brecha social cada vez mayor entre la clase trabajadora y la clase burguesa. Mientras que los empresarios y dueños de fábricas acumulaban riqueza, los trabajadores luchaban por sobrevivir en condiciones difíciles.

4. Impacto medioambiental: El rápido crecimiento de la industria también tuvo un impacto significativo en el medio ambiente. La contaminación del aire y del agua, así como la deforestación, eran consecuencias directas de la industrialización desenfrenada.

La Revolución Industrial tuvo un impacto profundo en la sociedad moderna. Si bien trajo consigo una serie de beneficios, también generó desafíos y problemas que aún hoy en día debemos abordar. Comprender la influencia de este período histórico nos permite reflexionar sobre cómo hemos llegado a ser la sociedad en la que vivimos actualmente y cómo podemos construir un futuro más sostenible y equitativo.

Civilización, del latín civis (ciudadano) y civitas (ciudad), es un término que se usa para cualquier sociedad que ha desarrollado un sistema de escritura, un gobierno, la producción de excedentes alimentarios, la división del trabajo y la urbanización. Es un término difícil de definir porque no todas las "civilizaciones" cuentan con todas y cada una de las facetas mencionadas. Por tanto, es un término que se suele usar para referirse a una cultura altamente desarrollada.

Las primeras civilizaciones incluyen

La civilización del valle del Indo: de en torno a 7000 hasta alrededor de 600 a.C.

La civilización sumeria de Mesopotamia: de en torno al 6000-1750 a.C.

La civilización egipcia: de en torno a 6000-30 a.C.

Aunque la civilización de Göbekli Tepe (en torno al 10.000 a.C.) y la China a veces se incluyen en esta lista, las anteriores ya estaban bien establecidas para la época de la dinastía Xia prehistórica de China y sus ciudades (en torno a 2070-1600 a.C.), mientras que parece que la gente de Göbekli Tepe era seminómada y se desplazó a otro lugar tras construir este enclave. Otras, tales como la minoica, la micénica y la gandhara, no se formaron hasta después de la dinastía Xia.

Al mismo tiempo, el caso de China recalca la dificultad de definir "civilización", porque ya existían asentamientos permanentes, aunque no ciudades, a lo largo del río Amarillo para el 5000 a.C. Mesopotamia, el emplazamiento del creciente fértil, es famosa por su sobrenombre de la "cuna de la civilización" y por haber sido el lugar de nacimiento de las primeras ciudades, pero esta designación se le adjudicó antes de identificar a la civilización del valle del Indo en 1924-1925 o de descubrir Göbekli Tepe en 1994 (los primeros registros son de 1963).

Aun así, Mesopotamia se sigue considerando el lugar de nacimiento de la civilización, ya que se cree que el pueblo que construyó Göbekli Tepe eran cazadores-recolectores seminómadas, y la civilización del valle del Indo no empezó a construir sus grandes ciudades hasta el periodo Harappa Maduro (alrededor de 2800 a.C. a en torno a 1900 a.C.), mientras que la ciudad de Eridu en Mesopotamia se fundó en torno a 5400 a.C. y las ciudades más antiguas de Egipto datan de alrededor del 4000 a.C. La construcción de ciudades siempre se ha considerado como un requisito básico para que una cultura se considere una civilización, incluso si no tiene un sistema de escritura, como es el caso de la inca, que también se considera como un atributo civilizador básico.

Las civilizaciones se desarrollaron a partir de cazadores-recolectores que establecieron comunidades semipermanentes y después permanentes tras asentarse en un estilo de vida agrario y empezar a producir excedentes alimentarios. Una abundancia de comida suponía que no todo el mundo tenía que trabajar la tierra para poder comer, así que se estableció la división del trabajo, por la que la gente hacía trabajos diferentes con los que compraba comida. Por ejemplo, los alfareros vendían su cerámica para comprar comida.

La división del trabajo llevó a la producción de artefactos excedentes, que, junto con la comida, se podían ofrecer en el comercio con otras comunidades. Se cree que el comercio a larga distancia llevó al desarrollo de sistemas de escritura para mantener los acuerdos comerciales. La forma rudimentaria de gobierno que había funcionado para una comunidad pequeña para entonces se había vuelto muy avanzada y centralizada y normalmente incluía algún tipo de componente religioso, lo que llevó a la construcción de templos y a un corpus literario escrito que trataba sobre los dioses. Todos estos aspectos juntos se reconocen, más o menos, como lo que constituye una civilización.

El concepto de civilización

El concepto de "civilización" como un estado de desarrollo cultural superior al de otros, tal y como se suele usar el término hoy en día, fue desarrollado primeramente por los griegos. El historiador Heródoto (que vivió en torno a 484-425/413 a.C.) hizo la famosa distinción entre los griegos "civilizados" y los no-griegos "bárbaros" en sus Historias, tal y como apunta el erudito Roger Osborne:

La palabra "civilización" se usó por primera vez en el siglo XVIII en Francia, pero la idea occidental de una sociedad civilizada se remonta a la antigua Grecia y Roma. Durante el periodo clásico, los griegos empezaron a verse a sí mismos no solamente como diferentes a otras gentes, sino mejores que ellas. Cuando Heródoto, que escribió a mediados del siglo V a.C., se refería a los "bárbaros", realmente era una manera rápida de referirse a la gente no griega; pero para la época de Aristóteles, cien años más tarde, los bárbaros y las naciones bárbaras se podían definir por cierta clase de comportamientos (su manera de tratar a los esclavos, una economía basada en el trueque en vez del dinero) que los griegos civilizados veían con malos ojos. Los bárbaros, a causa de sus hábitos culturales, se habían vuelto pueblos más bajos que los griegos, que se veían a sí mismo, y más tarde a los europeos, como el epítome de la civilización. 

Esta se volvió la opinión prevalente en occidente y, en algunos círculos académicos y políticos, lo sigue siendo, pero los antropólogos y los académicos ya no entienden "civilización" como un término calificativo que sugiere que una cultura es mejor que otra, sino más bien como uno que define qué es una "cultura madura". En este sentido, como ya se ha dicho, para que una cultura se considere una civilización, debería haber desarrollado, un sistema de escritura. Un gobierno un excedente alimentario. La División del Trabajo.

La Urbanización

De estas cinco características se suele recalcar la urbanización, ya que una "civilización" no puede ser nómada. El establecimiento de ciudades es un aspecto básico de cualquier civilización, porque se entiende que una comunidad sedentaria es el primer paso para el desarrollo de cualquiera de los demás aspectos.

Por eso, cuando se aplica este concepto a la gente de la civilización de Göbekli Tepe, no se la considera como una de las "civilizaciones" más antiguas porque eran seminómadas. En algún momento hace entre 12000 y 11000 años, una sociedad de cazadores-recolectores preagrícola en la región de la moderna Turquía empezó a formar asentamientos permanentes que después trabajaron juntos para construir la estructura que hoy en día se conoce como Göbekli Tepe, un nombre moderno que significa "colina panzuda" porque se desconoce el nombre original. El propósito de Göbekli Tepe tampoco se conoce, aunque la mayoría de los estudiosos creen que era un templo, así como por qué se enterró y abandonó en la antigüedad.

Aunque esta sociedad construyó casas permanentes, parece ser que solo fue con el propósito de construir Göbekli Tepe, y que algún tiempo después de acabar la construcción, se marcharon. Sería tarea de otros construir las ciudades que llegarían a definir la "civilización".

Mesopotamia y el surgimiento de la ciudad

Mesopotamia y su Creciente Fértil son conocidos como la "cuna de la civilización" porque se entiende como la primera área en desarrollar los aspectos que hoy en día se reconocen como "civilizadores", y estos comenzaron en la región de Sumeria. El término "creciente fértil" fue acuñado por primera vez por el egiptólogo James Henry Breasted en 1916 en su obra Ancient Times: A History of the Early World, (La antigüedad: una historia del mundo temprano) en la que observa que:

Los sumerios, que vivieron en esta región, inventaron o desarrollaron todos los cinco criterios para que una cultura se considere una "civilización" tras el surgimiento de las ciudades además de

el concepto del tiempo

el comercio a larga distancia

la domesticación de animales

las matemáticas y la astronomía

las técnicas e innovaciones agrícolas

los rituales religiosos

las prácticas médicas y los textos relacionados

la astrología y el zodiaco

el pensamiento científico y la tecnología.

Durante el Neolítico (en torno al 7000 a.C.), esta región vio el desarrollo de la cría de animales y la agricultura, lo que llevó a crear asentamientos permanentes y a establecer un sistema de gobierno rudimentario y una religión.

Estos avances culturales fueron avanzando más durante el periodo calcolítico (Edad del cobre, 5900-3200 a.C.) y el periodo El Obaid (en torno a 5000-4100 a.C.), lo que a su vez dio lugar a las primeras ciudades. El proceso de urbanización se adoptó por completo durante el periodo de Uruk (4100-2900 a.C.). La ciudad más antigua que mencionan los propios sumerios es Eridu (en torno a 5400 a.C.), aunque Uruk (en torno a 4500) y Ur (en torno a 3800) puede que de hecho se habitaran antes de una forma u otra basándonos en los indicios arqueológicos. Para la época de la Edad de Bronce temprana (3000-2119 a.C.), Mesopotamia era "la región más densamente urbanizada de la antigüedad" (Bertman, 201) y reconocible como una civilización. El erudito Paul Kriwaczek escribe:

Con la ciudad llegaron el estado centralizado, la jerarquía social de clases, la división del trabajo, la religión organizada, la construcción monumental, la ingeniería cívica, la escritura, la literatura, la escultura, el arte, la música, la educación, las matemáticas y la ley, por no mencionar una enorme gama de invenciones y descubrimientos, desde cosas tan básicas como los vehículos de ruedas y los barcos hasta el horno del alfarero, la metalurgia y la creación de materiales sintéticos. Y para rematarlo, está la enorme colección de nociones e ideas tan fundamentales en nuestra manera de ver el mundo, como el concepto de los números, o el peso, totalmente independientes de los objetos que se cuentan o pesan (el número 10, o un kilo) que hace mucho tiempo que hemos olvidado que tuvieron que descubrirse o inventarse. (20-21)

Los aspectos de la civilización "descubiertos o inventados" por los sumerios han ayudado a definir el término en la actualidad. El orientalista Samuel Noah Kramer, en su La historia empieza en Sumer, enumera 39 primeras ocasiones que se dieron en la región:

Las primeras escuelas

El primer caso de peloteo

El primer caso de delincuencia juvenil

La primera "guerra de nervios"

El primer Congreso bicameral

El primer historiador

El primer caso de reducción de impuestos

El primer "Moisés"

El primer precedente legal

La primera farmacopea

El primer "almanaque de granjero"

El primer experimento con la jardinería para dar sombra

La primera cosmogonía y cosmología

Los primeros ideales morales

El primer "Job"

Los primeros Proverbios

Las primeras fábulas de animales

Los primeros debates literarios

Los primeros paralelismos bíblicos

El primer "Noé"

La primera historia de resurrección

El primer "San Jorge"

El primer caso de préstamo literario

La primera edad heroica del hombre

La primera canción de amor

El primer catálogo de libros

La primera edad de oro del hombre

La primera sociedad "enferma"

Los primeros lamentos litúrgicos

Los primeros mesías

El primer campeón de larga distancia

La primera imaginería literaria

El primer simbolismo sexual

La primera señora de los Dolores

La primera canción de cuna

El primer retrato literario

Las primeras elegías

La primera victoria del trabajo

El primer acuario.

Otras invenciones e innovaciones incluyen la rueda, los ladrillos y cerámicas producidos en masa, el mapa, la vela, posiblemente el collar del perro, la cerveza, la pajita (para beber cerveza), los sellos cilíndricos y los sobres, la poesía épica y los géneros literarios.

Tal y como apunta Kriwaczek, la urbanización fomentó el desarrollo rápido de muchos aspectos de la civilización, pero también tenía su lado malo, ya que a medida que las ciudades crecían los recursos naturales se agotaban. Las tierras para la siembra, necesarias no solo para el comercio sino también para alimentar a la población, se fueron desarrollando paulatinamente para la vivienda y la industria. La prosperidad de las ciudades también atrajo la atención de otros que procedieron a atacarlas en campañas militares de conquista. Ur, considerada la ciudad más grande del mundo de 2030-1980 a.C. cayó frente a Elam en torno a 1750, acabando con ello la civilización sumeria. Sin embargo, mucho antes de que eso llegara a pasar, Ur, al igual que muchas de las ciudades mesopotámicas, había agotado sus recursos y se vio obligada a importar más bienes de otras regiones. A medida que continuaba esta tendencia, la ciudad se volvió insostenible y fue abandonada para el 450 a.C.

La urbanización, que no la civilización, se entiende que se extendió de Mesopotamia a Egipto, pero los egipcios reconocieron el peligro de sobredimensionar sus ciudades. El valor cultural central del antiguo Egipto era el ma'at, el equilibrio o armonía, que estaba ordenado por los dioses y personificado en la diosa Ma'at. Los egipcios creían que su región era la mejor del mundo y que les había sido entregada como un presente por sus dioses, que esperaban que cuidaran de ella. Los mesopotámicos tenían una idea parecida, ya que se consideraban compañeros de trabajo de los dioses para mantener el orden, pero nada en comparación con el ma'at egipcio.

Por tanto, los egipcios se preocuparon más de controlar el tamaño de sus ciudades, y preferían centros urbanos más pequeños, hasta tal punto que los historiadores y los estudiosos hasta finales del siglo XX a menudo concluían que Egipto no tenía ciudades. La civilización egipcia fue capaz de evitar el declive y el abandono de sus ciudades gracias a la especialización de las comunidades urbanas. A diferencia de Mesopotamia, no todas las ciudades egipcias tenían un templo enorme o una industria que requiriese un suministro aparentemente inagotable de recursos naturales. Las ciudades como Karnak y Tebas, Menfis y Per-Ramsés eran centros religiosos, políticos o industriales, pero otras se mantenían a una escala más modesta.

Hoy en día se sigue debatiendo si Mesopotamia influyó sobre la civilización egipcia o si fue al contrario, o si se desarrollaron independientemente la una de la otra. También es posible que ambas se vieran influidas por otra civilización del Levante que a menudo se pasa por alto. La ciudad palestina de Jericó está reconocida como la más antigua del mundo y se remonta al 9000 a.C. Cuenta con las primeras murallas de protección, un aspecto de la urbanización que no se ve en Mesopotamia hasta alrededor del 4100 a.C. y en Egipto hasta mucho más tarde.

También es posible que el desarrollo de ambas culturas se viera influido por la civilización del valle del Indo, que había establecido el comercio tanto con Egipto como con Mesopotamia para principios del periodo Harappa temprano (alrededor de 5500-2800 a.C.). Es difícil establecer la influencia que pudieron tener estos pueblos sobre otras civilizaciones, ya que su sistema de escritura, la escritura del Indo, todavía no se ha descifrado. La civilización del valle del Indo ejemplifica otro aspecto comúnmente relacionado con las "primeras civilizaciones": el desarrollo de asentamientos permanentes junto a ríos, tal y como se ve en Mesopotamia con el Tigris y el Éufrates, en Egipto con el Nilo y en China con el río Amarillo.

Este paradigma también se aplica a cualquier civilización independientemente de cuándo o dónde se desarrollara, ya que las civilizaciones olmeca (cerca de 1200 a 400 a.C.) y maya (en torno a 1500 a.C. hasta en torno a 950 d.C.) de Mesoamérica y el Imperio inca (cerca de 1425-1532 d.C.) todas parece que surgieron cerca del agua dulce. Esto no es sorprendente ya que el agua es una necesidad básica para la vida humana y los cazadores-recolectores prehistóricos gravitaban hacia las fuentes de agua.

Los incas presentan un reto interesante a la hora de definir "civilización", ya que nunca desarrollaron un sistema de escritura pero sin duda alguna fueron una civilización. Lo mismo ocurre con los constructores de túmulos de Norteamérica durante el periodo arcaico (en torno a 8000-1000 a.C.), que no tenían ningún sistema de escritura y cuyas ciudades no parecen ajustarse a la definición estándar de "ciudad", ya que eran más bien pueblos grandes rodeados por las viviendas de la clase trabajadora y, a veces, por una muralla de protección.

No hay pruebas de que los norteamericanos de Watson Brake (en torno a 3500 a.C.) o Poverty Point (alrededor de 1700-1100 a.C.) o Moundville (cerca de 1100 a 1450) tuvieran ningún tipo de sistema de escritura, pero todos ellos formaban parte de la civilización reconocida de Norteamérica. Cahokia (en torno a 600 a alrededor de 1350) fue la mayor ciudad precolombina de Norteamérica, con un comercio establecido en todo el continente, un gobierno central, un excedente de alimentos y una división del trabajo, pero sin sistema de escritura. A pesar de eso, al igual que los incas los pueblos indígenas de América del norte están reconocidos como una civilización.

"Civilización" es un término que sigue teniendo una definición vaga, y el concepto occidental moderno de este término es sorprendentemente reciente. Hasta mediados del siglo XIX, nadie sabía siquiera que Sumeria había existido a excepción de una mención en la Biblia. Los jeroglíficos egipcios y el cuneiforme de Mesopotamia no se descifraron hasta las décadas de 1820 y 1850 respectivamente, y la ciudad de Harappa de la civilización del valle del Indo no se descubrió hasta 1829, e incluso entonces se quedó sin explorar hasta 1924-1925. Antes de estos avances, los estudiosos occidentales consideraban a Grecia como la "cuna de la civilización", cuya cultura había sido adaptada y desarrollada por Roma, pero en realidad Grecia y Roma habían llegado tarde al desarrollo de la civilización.

Muchas civilizaciones no fueron reconocidas durante el siglo XX, tales como el reino africano de Zimbabue, cuya capital, Gran Zimbabue (en torno a 1100 a 1550), hoy en día se entiende como una obra maestra arquitectónica. Los reinos de África occidental, incluido el yoruba con su capital en Ife (fundada en torno a 500) también se ignoraron ya que no se adaptaban a la definición de "civilización" prevalente en la época. A medida que se ha ido descubriendo más información, y se han rechazado las narrativas nacionalistas y raciales después de mucho tiempo, la definición de "civilización" ha cambiado y se ha vuelto mucho más inclusiva. Las cinco características básicas para definir civilización hoy en día con toda seguridad se modificarán y revisarán en los próximos 100 años, tal y como ya se han cuestionado antes y se siguen cuestionando ahora.



El Origen de las Civilizaciones 

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